Del grito vivo al burdo mutismo

Por: Marcos Betanzos* @MBetanzos

­ ­ ­­ -¿Habías venido al Teresa? No, no hablo de ayer. Habló de hace años cuando pasaban porno.
­-Mmmm, creo que nunca vine.
­-¡De lo que te perdiste! Ahora ni gritos se oyen… sólo grabaciones para que compres pura porquería.

Diálogo local.


Se acabó la timidez, ahora al Cine Teresa ya pueden pasar todos. Con el mal sabor de un definitivo final y un último enamoramiento desafortunado que de golpe nos llevó a una realidad radicalmente diferente –por qué para algunos es mejor y para otros todo lo contrario- desde hace meses el emblemático edificio se ha convertido en otro cualquiera, en uno más. ¡Cómo si hicieran falta!


Autor desconocido. Fotografía de la Inauguración,
la marquesina luminosa dando la bienvenida al espectador

El Cine Teresa nació en el mismo predio que ocupó otra sala del mismo nombre desde 1924. De acuerdo al libro “Espacios distantes aún vivos”, de Francisco Haroldo Alfaro y Alejandro Ochoa, entre 1934 y 1936, cuando se amplió la avenida San Juan de Letrán, el antiguo Teresa con su arco monumental y su pórtico fue destruido, sin embargo en 1939 el arquitecto Francisco J. Serrano (1900-1982) inicia la construcción del actual edificio que sería administrado por la compañía Exhibidores Mexicanos SA, fundada en 1933 por el señor Arturo Ceballos.

 
Archivo INBA. Ubicación original del sobre el minúsculo
espacio vehicular de San Juan de Letrán, hoy Eje Lázaro Cárdenas

Aún visible su anuncio bandera y su emblemática marquesina
que da cobijo a centenares de ambulantes y a veces, al peatón. *

Este recinto "dedicado a las damas metropolitanas" abrió sus puertas el 3 de junio de 1942 con la proyección de la película "El hijo de la furia", de 20th Century Fox. Caracterizado por su elegancia y referencia de punto de encuentro de la mejor sociedad de la época fueron diversos los comentarios que le dieron fama y lo hicieron un clásico del centro de la Ciudad de México. Lo mismo le ocurrió cuando se trató de malas referencias.
Autor desconocido. Imagen con cartelera de la época

Enciclopedia de Arquitectura Plazola.
Vista del diseño interior de la sala original

Enciclopedia de Arquitectura Plazola.
Vestíbulo principal con una réplica de la Venus de Antonio Canova

Detalle foto mural “Bellezas metropolitanas”.

Poco a poco la industria cinematográfica nacional sucumbió hasta que la industria porno lo encumbró como una de las catedrales para estigmatizados y sus encuentros. Así, el anuncio espectacular en su marquesina -que cubre casi en totalidad la banqueta-, su inconfundible anuncio bandera, la arquitectura Art Decó con la que fue diseñado, sus escalinatas y barandales que configuraron un vestíbulo icónico y majestuoso en donde dominaba la visual el foto mural con las “Bellezas Metropolitanas” que fueron musas y hadas madrinas de este espacio, se hicieron en conjunto minúsculos pero también prosaicos.

Oferta cinematográfica en domingo pleno

Taquilla actual del complejo cinematográfico

Interior de la zona comercial con el complejo cinematográfico.
Carente de propuesta, estilo o evocación,
ignorancia plena de construir sobre corridas financieras

El tiempo dio oportunidad al abandono y sé sabe bien que a pesar de las “rigurosas y detalladas” recomendaciones realizadas por la Dirección de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico Inmueble del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) que en su momento era dirigida por el Dr. Ramón Vargas Salguero, la intervención mayor se dio sin ninguna consideración histórica o arquitectónica.


Estado actual del vestíbulo con foto mural
“Bellezas metropolitanas” Composición fotografía realizada
por la Compañía Mexicana Aerofoto S.A.*

Interior pasillo y locales comerciales en Planta Baja.

Aquí una de las acotaciones que el especialista mencionó cuando se daba a conocer la remodelación: “Cuando el propietario tiene interés en hacer alguna intervención sobre edificios que estén en la misma circunstancia (que el Cine Teresa), tiene que consultarlo con la Dirección de Arquitectura del INBA, misma que revisa la intervención que se piensa llevar a cabo. Según sea el caso, se les recomienda, se les solicita, que tomen algunas medidas, precauciones, ciertos criterios, etcétera. Ésa es la manera en que el INBA puede intervenir en la conservación del patrimonio…” (La jornada, 15 de febrero de 2011, p. a10). Y así fue como intervino.
Estado actual del vestíbulo en su planta baja con locales comerciales.

Detalle de barandales y doble altura del vestíbulo principal.

El mural “Bellezas Metropolitanas” tapizado por ridículos efigies de temporada.*

Lo que se ha llamado Centro Cel Teresa aún se encuentra en construcción, sobre todo de más espacios comerciales. Ahora la oferta cinematográfica es familiar y posee dos salas: la principal de 146 sillas y la secundaria de 143. Sí es risible que los encargados del cine ahora indiquen esa sutil diferencia. Es lo menos que pueden percibir en materia de transformación. Lo más seguro es que ignoren que la minúscula taquilla donde ahora trabajan no existía, y que antes la capacidad era de apenas 3 mil 105 butacas.


Para haberlo valorado con justicia al Teresa se le debió conocer sin el estigma de su última fase histórica. Acostumbrados a la indignación resultante de una doble moral muy socorrida no es para menos que el resultado sea éste. 


Espacios comerciales en proceso constructivo.

Anuncio bandera y marquesina anunciando la nueva plaza Centro Cel Teresa. *

*Marcos Betanzos, es arquitecto, fotógrafo y escritor independiente.

1 comentario:

  1. Fenomenal memoria. En general es necesario hacer conciencia a los inversionistas acerca del respeto que se merecen estos espacios (lo mínimo sería que el concecionista de los locales exigiera respeto al mural) pero los arquitectos también debemos reflexionar en que hay un gran negocio de restauración en el Centro Histórico y que debemos encontrar formas para atender las necesidades de reutilización de edificios, como por ejemplo este fenómeno de las plazas de chácharas/tecnología (que están abundando en esa línea entre la Torre Latino y Meave). La oportunidad es hacer los viejos edificios rentables, el reto es hacerlo sin dañar el patrimonio arquitectónico de la ciudad.

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