“La atemporalidad en la arquitectura, es una cualidad que permite apreciar la belleza y vigencia de una obra; sin embargo, ello conlleva trabajar con su entorno, bajo principios de sostenibilidad y confort para quienes lo habitan o lo frecuentan.”Roxana Vázquez y Alexander Callahan
Casa alameda es un proyecto de rehabilitación a un inmueble ubicado en
el Barrio de Guadalupe, uno de los barrios más antiguos y emblemáticos de la
ciudad de San Cristóbal de Las Casas; destinada a convertirse en una casa de
descanso y/o alojamiento temporal. La propuesta inicial para el inmueble fue la
recuperación de su uso inicial como casa – habitación.
El inmueble pasó por varias etapas en cuanto a su uso, de habitacional
a comercial, motivo por el cual sufrió múltiples intervenciones que modificaron
su originalidad de acuerdo a la función que tuvo en cada momento. La
intervención más significativa era la subdivisión de la misma, ya que por medio
de un muro, la casa fue dividida a la mitad, creando un acceso independiente
para cada una de las partes. Por un lado, se optó por preservar la crujía original,
con ciertas adecuaciones y un deterioro notable en techos, paredes y pisos. Y
por otro lado la parte contraria eliminó cierta parte de la sección original de
la casa y construyó un edificio de 2 pisos con un sistema constructivo
totalmente diferente a base de estructura de concreto y muros de block, que
además de ser invasiva, se encontraba fuera de contexto con el inmueble.
Tomando en cuenta las normas que establecen las instituciones de
conservación, el proyecto opto por eliminar la subdivisión, elementos y
construcciones no originales que fueron añadidos conforme al tiempo, a modo de
integrar ambas partes, conservando la crujía original, así como la preservación
de muchos de sus elementos, realizando las adecuaciones necesarias para
adaptarlas al nuevo uso, replanteando divisiones mínimas, accesos, y
circulaciones.
El proyecto contempló la rehabilitación en su totalidad de la
techumbre, así como la unificación de las fachadas a modo de igualar la altura
entre ambas, se realizaron cambios en materiales y la paleta de colores, con el
objetivo de integrar la casa a la imagen urbana del barrio. Se consideró también realizar un cambio total de instalaciones, para sustituir las obsoletas.
Además, se hizo la construcción de un área completamente nueva para completar
el programa arquitectónico, ubicada de manera estratégica con la intención de
poder apreciar ambas arquitecturas desde la perspectiva de la otra, dejando al
jardín como el componente atemporal del proyecto y uno de los puntos más
importantes, ya que funciona como un elemento de transición entre un espacio y
otro.
La crujía original, alberga las habitaciones, en las cuales se
eliminan los plafones existentes para dejar al descubierto y como remate visual
la estructura original de la techumbre, añadiendo una iluminación indirecta. La
parte nueva, alberga la zona social de la casa; sala, comedor, cocina, medio
baño y un área de servicio, buscando ofrecer espacialidad a través de una
planta abierta y la utilización de ventanales en todo el frente, dotando de
iluminación natural al espacio y al mismo tiempo generando un marco visual
hacia el jardín. La cocina está separada por dos muros a mediana altura, unidos
por una viga de acero, esto con la finalidad de separarla intencionalmente del
área social, generando una comunicación directa con la terraza, la cual
funciona como una extensión del espacio y al mismo tiempo como una barrera
visual entre el garaje y la zona social.
Con el objetivo de respetar el aspecto colonial e histórico y debido a
la condición de los muros de adobe por el paso del tiempo, se optó por
protegerlos con un recubrimiento para garantizar su durabilidad. Se realizó una
propuesta de materiales acorde a la zona, acabados finos – pulidos con mezclas
a base de cal y pigmentos, a excepción de algunas zonas (área de regaderas), en
donde se sobreponen materiales cerámicos a fin de evitar humedades.
Se da prioridad al rescate de puertas y ventanas originales, así como de
la madera original de la techumbre, algunas de las piezas rescatadas se reutilizan
como remates o elementos en distintas partes de la casa.
En cuanto a los pisos se optó por meter pisos cerámicos, elegidos a
través de una paleta de color generada para todo el proyecto. En pisos
exteriores se colocó un adoquín gris/negro, gravilla y tezontle negro. El
rescate de los pisos originales no fue posible, ya que al momento de
intervenirla, la casa contaba con muy poco porcentaje del piso original y solo
un 5% en condiciones de ser reutilizado.
En el área social la propuesta de materiales es totalmente
contemporánea, se utilizó el acero, estructuras de concreto, ventanas y puertas
de pvc, encimeras de quarzo entre otros, esto con el fin de evidenciar el
cambio de épocas entre ambas construcciones. La casa cuenta con dos cisternas y
un sistema de recolección de agua de lluvia la cual es recolectada sobre la
techumbre del área nueva y enviada a los filtros, para posteriormente entrar a
la cisterna y ser utilizada para riego y mantenimiento del espacio.
La iluminación y el paisajismo son una parte esencial del proyecto,
ambos aspectos se pensaron minuciosamente para poder crear distintos ambientes
en cada uno de los espacios. El jardín y las áreas verdes están compuestos de especies
nativas, árboles, plantas aromáticas y un espejo de agua infinito. Las luces
indirectas y la iluminación puntual favorecen la arquitectura y resaltan
aspectos importantes de la construcción antigua.
La restauración y/o remodelación de monumentos y casas históricas o
antiguas es una alternativa para darle una segunda vida a un inmueble, una
manera de mantener vigente la arquitectura vernácula adaptada a las necesidades
de hoy en día.
Fotografía: Jess Victorio
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