La pasión compartida por los productos destinados al sector industrial los une. También su talento innegable y su interés por explorar distintas ramas del diseño. El célebre dúo multidisciplinario ha diseñado iluminación, interiores, gráficos y mobiliario.
Alfredo Chiaramonte y Marco Marín
forman una de esas alianzas exitosas cuyo trabajo se distingue por la innovación,
por reflejar las experiencias y conocimientos acumulados a lo largo de los años.
De este modo han abonado el terreno para que florezcan las ideas y se concreten
en proyectos de diseño.
Nacido en Bolonia en 1961, Alfredo Chiaramonte
estudió en la facultad de Arquitectura de Venecia. Tres años más tarde nació Marco
Marin en Venecia, donde se licenció de la Academia de Bellas Artes especializándose
en diseño industrial. En 1989 fundaron el estudio de diseño que lleva sus
nombres y comenzó una intensa y fructífera labor para distintas empresas. El
lenguaje de diseño minimalista y limpio de Chiaramonte Marin se siente
atemporal y fresco, agudizando los sentidos con su expresión detallada.
Su colaboración de muchos años con fábricas de
vidrio de la isla de Murano permitió conectar dos sectores aparentemente
distintos: el del mueble para exterior y la producción con vidrio. A partir de
entonces han colaborado constantemente con reconocidas empresas del ámbito
decorativo y de muebles como Emu Group, Nasonmoretti, Bonaldo, Calligaris,
Estasis, Fornasarig, Moulinex, Sica, entre otros.
Esa experiencia con el vidrio de Murano ha sido
clave para el desarrollo de impresionantes piezas de iluminación. El sello de
Chiaramonte Marin Design Studio se advierte en la colección Knott, para Brokis,
la empresa checa conocida por sus inconfundibles lámparas de vidrio soplado. En
Knot, los diseñadores integraron dos materiales y dos formas: vidrio y metal,
por un lado y la sinuosidad de la redondez de las pantallas con el trazo rectilíneo
del cable.
Para la casa italiana Vistosi, Chiaramonte Marin ha
firmado la colección Neochic, inspirada en las piedras de río moldeadas por
procesos naturales. Las lámparas Plot dan una sensación de ligereza gracias al
juego de equilibrio en el que la fuente de luz se sostiene a través del
entrecruzamiento de varillas metálicas.
T-Cotta para Hind Rabii Lighting Studio se compone
de dos materiales provenientes de la tierra y forjados por el calor: cristal y
metal. Meridiana, por su parte, es una luminaria en la que la luz no es el
medio, sino el fin: un gran disco se esconde detrás de lo que parece una
manecilla de reloj y aporta una luz suave.
Oasi se distingue por su base de
acero inoxidable sobre la que se posa el difusor de vidrio soplado. Un extremo
de la base se prolonga verticalmente para convertirse en un brazo que permite
manipular la pieza con facilidad.
Dada su rotunda experiencia en el diseño industrial
no es extraño que también se hayan adentrado en el ámbito académico. El dúo
Chiaramonte Marin trabajó como docente en el Centro Europeo para la Conservación
del Patrimonio Arquitectónico de Venecia.
Ya en la década de los noventa, el dúo Chiaramonte Marin comenzó a cosechar
sus primeros reconocimientos. Uno de ellos fue el primer premio del concurso
Young & Design. Algunos de sus trabajos más emblemáticos han sido expuestos
en colecciones permanentes y museos internacionales, como el Correr de Venecia,
el Beauburg de París y el MOMA de San Francisco. También realizaron una
colaboración con Yoko Ono para la Bienal de Venecia.
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