Una casa construida por vivencias, “viajar para regresar y construir un mundo propio”
Ubicada
en Juriquilla, Querétao, esta construcción –realizada por Juan Carlos Loyo
Arquitectura- cuya ventilación cruzada y entradas de luz natural fueron
calculadas para controlar el microclima de la vivienda a partir de aperturas,
busca responder a una vida sencilla, sin pretensiones. Diseñada alrededor de un
patio central, nos permite abrir los espacios al exterior y buscar dentro de
esa conexión con los jardines una tranquilidad y paz mental en un ambiente
relajado.
No
es sencillo saber de dónde surgió la estética de la casa, su decoración está
inspirada por diferentes arquitecturas del mundo, recopilando elementos vernáculos
de pueblos mediterráneos, los muros imperfectos y la textura de ladrillos
expuestos que sólo encontramos en zonas rurales, el pórtico portugués, el jardín
central novohispano, la cancelaría que nos recuerda esas míticas casas
japonesas y construcciones modernas de las ciudades latinas; es una casa hecha
en muchos viajes.
Un
ojo de buey, elemento típico de la arquitectura Queretana del virreinato, nos
permite ver desde el exterior la extraña geometría de la techumbre, además
caricaturiza los elementos estéticos de la casa, buscando establecer un diálogo
con quien está por entrar por la puerta principal. Los pergolados de formas
orgánicas crean sombras con dibujos de hojas de árbol, para recordar estar bajo
la sombra, tranquilos y disfrutando del clima cálido que nos rodea.
Lo
ecléctico de los materiales busca incentivar que cualquier objeto que pueda
encontrar su lugar en esta casa, tejiendo la complejidad de sus sensaciones a
partir de la capacidad narrativa de los elementos que lo conforman, en cada pared
y cada mueble podemos buscar una historia, podemos intuir el recorrido que el
objeto ha pasado hasta llegar a su destino.
Los
espacios están rodeados de libros, vistas y objetos curiosos, las lámparas
cuelgan de los techos libremente, los cables dibujan curvas que rompen las
composiciones visuales de los recorridos, siempre hay algo que llama te lleva a
mirar el espacio vacío o el cielo. El elemento más distintivo es el techo, ya
que cubre todos los espacios bajo una geometría de dos aguas en forma de un
gran telón, pintado de color negro, que parece
subir y bajar para crear intimidad o apertura según la necesidad del
espacio.
Los
acabados de las superficies de la casa son muy diversos, telas con textura,
empastados burdos de cal, ladrillo rojo, concreto expuesto, acero oxidado,
mármol negro, piedras de las canteras de la región, mismos elementos que nos
presentan una casa multicultural.
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