El diseño es una sinfonía sinuosa, en donde el vacío de materialidad y formalidad permite ver las montañas del desierto y las olas del océano pacífico. Esta casa se observa a través de ella y con ella, una edificación para ver y ser vista, a través y con el paisaje.
Se encuentra en Todos Santos, Baja
California Sur, una pequeña población entre la Paz y Cabo San Lucas. La
localidad conserva parte de su herencia minera en algunas construcciones de
tabique rojo y chimeneas de humo en medio del desierto. Todos Santos es un
pueblo mágico a la falda de la Sierra Laguna, sus residentes fomentan la
actividad artística y cultural tejida con el origen y sus originarios.
El aporte del
imaginario de las clientas, una pareja de mujeres de Colorado, Estados Unidos,
es parte fundamental de Casa Calafia. Su nombre esta inspirado en una guerrera
originaria de Baja California Sur. La expresión formal a través de curvas y de
una geometría escultórica, significa un segundo hogar en el Mar de Cortés.
Continuidad y
rompimiento. La continuidad geométrica entre círculos y curvas es derivada del
paisaje, que nunca termina, que continúa y se funde con otros paisajes. El
rompimiento geométrico se da con el lenguaje establecido formalmente por las
edificaciones circundantes. De forma sensual sobresale sinuosamente estática de
forma llamativa lúdica y se postra de forma sugerente sobre el desierto.
La casa esta
construida con block de concreto, ya que es el material más accesible de la
zona, y recubierta en su exterior e interior con cemento y pigmentos naturales.
Esto permite apreciar la casa como una escultura monolítica, y a la vez controlar
la sensación térmica ante el intenso calor. El uso de la celosía de tabique
hace alusión a la materialidad que algún día tuvo el pequeño poblado y la
madera de la carpintería es rosa morada, un árbol de la zona.
El programa
arquitectónico se desarrolla en 200 m2 de la totalidad del terreno
de 2,000 m2 con orientación favorable a los vientos. En la planta
baja se encuentra una cocina abierta, sala, comedor, terrazas exteriores, áreas
de servicio, un estudio, una recámara y un baño completo, orientados de tal
forma que la vista al mar y las montañas la atraviesen constantemente.
La comunicación a
la planta alta se realiza mediante una escalera exterior que lleva a la recámara
principal. La escalera esta adosada a la casa, cubierta por una celosía de
tabique que devela un juego de luces y sombras en el recorrido hacia la
recamara principal.
La
singularidad de sus formas permite observar dentro de la casa el paisaje
contenido en círculos, arcos y arcos invertidos. Su ubicación permite tener
vistas hacia el mar y hacia las montañas además la posición perpendicular con
el sol permite un juego de volúmenes geométricos con la luz solar hacia el
interior.
Casa Calafia expresa
en continuidad sus gestos arquitectónicos emulando lo que hacen las curvas en
las montañas, en las olas del mar y el viento en la arena, una inacabable
geometría.
Fotografía: Miguel Ángel Vázquez Calanchini
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