Proyecto finalista de la categoría Comercial en el X Premio de Interiorismo Mexicano PRISMA.
El concepto de diseño nace de la identidad de la marca, por lo que se busco que el usuario viva una experiencia envolvente, que cambia de ambientes al recorrerla. En primer plano tenemos el contraste blanco y negro en piso, muros, techo y elementos arquitectónicos integrados, con la intención de guiar la visual a los elementos de remate más importantes; el mural y el mueble muestrario.
Al entrar, el recorrido comienza con un plafón de círculos de acero perforados suspendidos, delimitando el área de la maqueta del macroproyecto inmobiliario. Como fondo podemos apreciar un mural pintado a mano sobre el muro blanco, como un remate visual continuo. Este mural representa la fuerza y presencia de la inmobiliaria en la ciudad, siendo una representación en silueta de Monterrey únicamente con los edificios creados por la empresa.
El mueble muestrario es el elemento central de la intervención, siendo este un muro con permeabilidad visual, que además de darle cierta privacidad a las oficinas, es el corazón del recorrido del usuario. Aquí se presentan, en paneles giratorios, todas las opciones de materiales y acabados para los departamentos. Este mueble hecho de madera y acero refuerza el concepto envolvente del espacio.
El mobiliario funge como elemento visual de color, que brinda dinamismo y personalidad a cada espacio. En las áreas comunes se pensó en piezas cómodas y protagónicas, mientras que para las oficinas la prioridad es la funcionalidad y formalidad sin perder la estética del proyecto.
Por otra parte, la intervención en el departamento muestra se basa en la funcionalidad del espacio, buscando mostrar todo el potencial del departamento más pequeño que ofrece la torre.
El elemento de diseño principal es un espejo negro en el área social que incluye la cocina y la sala, logrando una sensación de amplitud al entrar y convivir en el espacio.
Buscamos el mejor diseño de cocina que diera la oportunidad, que aún en un espacio reducido se lograra tener una mesa y no sólo una barra de cocina, replicando la estrategia de espejo negro como backsplash.
En este espacio se aprovechó también el nicho generado por las columnas como repisas de apoyo que pueden servir como un pequeño bar. En la recamara principal se buscó potencializar todo el espacio hábil para almacenamiento, logrando una cabecera de 40 cm de profundidad, la cual se integra con el closet principal para mejor aprovechamiento de este.
Los colores y texturas del departamento fueron seleccionados cuidadosamente para que los espacios se sintieran más amplios, optando por colores taupe claros y superficies reflejantes.
Fotografía: Jorge Taboada
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