De Portada: El Programa VACA realiza el Centro Comunitario Wixarika “La Cebolleta” en Jalisco

Un gran grupo de mujeres hombro con hombro con entusiasta grupo de voluntarios —con el apoyo y dirección del Programa VACA— construyeron en la comunidad de la Cebolleta en la sierra alta de Jalisco un espacio comunitario para una tienda, un taller, una clínica de medicina tradicional, un auditorio y un patio. Materiales del lugar y las manos de los habitantes y los voluntarios lograron en mes y medio dar forma a este lugar




Por podio @PodioMX
Utilizando madera local se construyeron tres diferentes tipos de techumbre para servir como modelos de réplica para las viviendas, que siguen siendo en su mayoría de autoconstrucción natural, se dotaron los espacios con cubierta de lámina para la muy necesaria recolección de agua pluvial ya que el acceso a agua es muy escaso en esta zona.




Cómo técnicas híbridas se diseñaron dos elementos fácilmente replicables para fomentar la apropiación de estos modelos y procurar el mejoramiento de las viviendas existentes. Se utilizaron casetones de tierra entre la estructura de madera del techo que funcionan como aislantes térmicos y sonoros. Las ventanas triangulares permiten la apertura de vanos sin la necesidad de colocar un elemento estructural horizontal respetando además el carácter estético ligado a la estética wixarika.




Se aplicaron acabados de tierra cruda y jabón para la mejora de las condiciones internas y externas de la edificación. Estas técnicas son muy sencillas de aprender, hacer aplicar y en la experiencia del programa se ha visto una mejoría sustancial en las condiciones de las construcciones. Al estar hechas con materiales propios del lugar y que no tienen costo para sus habitantes hay una rápida adopción de la técnica principalmente por parte de las mujeres de la comunidad quienes hacen con éstas mejoras a sus propias viviendas.




El uso de la geometría tuvo como principal objetivo asegurar una estructura sólida. Al irse desarrollando la construcción los futuros usuarios se dieron cuenta que los elementos estructurales como insertos de madera y otros elementos también funcionarían como repisas y otras soluciones de organización logrando un funcionamiento cotidiano sencillo y práctico.




El edificio se encuentra en una pendiente pronunciada que se aprovechó para generar las gradas del auditorio y una separación de espacios según su altura sin la necesidad de hacer divisiones creando así un recorrido fluido que se desenvuelve a través de la apertura en las intersecciones de los volúmenes que, a su vez responden a los espacios libres entre los árboles existentes. Gracias a la organización de los tres volúmenes principales se consiguió crear un patio central en el que las mujeres pueden trabajar al aire libre con un amplio espacio para al mismo tiempo ver jugar a sus hijos en un lugar seguro.




La construcción se llevó acabo principalmente por un grupo de siete mujeres y sus hijos e hijas con el apoyo de doce voluntarios. Todas las actividades fueron realizadas en un mes y medio dentro de la comunidad y con un presupuesto total de 773 pesos por metro cuadrado que incluyen los alimentos de todos los participantes en el proyecto.




Este grupo de mujeres quería construir solamente un taller y una clínica, pero gracias al proyecto del Programa VACA se logró hacer un programa más completo que les dio espacios adicionales que actualmente les sirven mucho. Como parte de la metodología de desarrollo regional que Programa VACA propone se busca dotar también de espacios de esparcimiento e imaginación a las comunidades. Se decidió incluir un auditorio / cine con la intención de que este sirviera como detonante del uso constante y diverso de los espacios, asegurando así una apropiación más fuerte por parte de la comunidad en general.









Fotografías cortesía de Programa VACA

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