Un espacio institucional dinámico, combinando rehabilitación arquitectónica, eficiencia operativa y reactivación urbana con un enfoque sostenible.
Ubicado en el norte de la Ciudad de México, este proyecto
redefine el uso de una nave industrial de los años 60, transformándola en un
espacio institucional dinámico que responde a las necesidades operativas y
representativas del sindicato. Lejos de ser una simple remodelación, la
intervención plantea una estrategia de reactivación urbana, rescatando un
inmueble subutilizado y dotándolo de una nueva identidad arquitectónica con un
enfoque contemporáneo.
La propuesta reorganiza el esquema funcional para optimizar
la relación entre el edificio y su entorno. Se establece un acceso principal
sobre la calle secundaria, generando una plaza con escalinata que mejora la
conexión con el exterior y refuerza su presencia urbana. Al interior, la
zonificación distribuye eficientemente los espacios: la planta baja alberga
áreas de uso común—auditorio, aulas, cafetería y consultorios—mientras que el
nivel superior se destina a oficinas privadas y espacios colaborativos, fomentando
transparencia y productividad.
Uno de los principales desafíos técnicos fue la
rehabilitación de la cubierta original, deteriorada y conformada por materiales
obsoletos. La incorporación de un sistema multipanel de dos pulgadas optimiza
el desempeño térmico y acústico sin comprometer la estructura existente. A su
vez, la integración de tragaluces y patios internos maximiza la iluminación
natural, reduciendo la dependencia de recursos artificiales y elevando el
confort ambiental.
En el núcleo del edificio, una escalinata central se
convierte en un espacio de encuentro y foro abierto, promoviendo la interacción
y el intercambio informal. La combinación de materiales como concreto, madera y
celosías refuerza la identidad institucional del proyecto, manteniendo la
flexibilidad funcional.
Más allá de su transformación física, el proyecto establece
un modelo de recuperación arquitectónica de bajo impacto ambiental, evitando la
demolición y los procesos contaminantes de una obra nueva. Mediante una
intervención estratégica, el edificio se convierte en un nodo de actividad,
consolidando una identidad renovada para la institución y contribuyendo a la
revitalización de su entorno inmediato.
Fotografía: LMG STUDIO
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