Un entorno sofisticado y conmovedor que respeta la belleza de su entorno lacustre.
Situada
en una península en Culiacán, Sinaloa, esta residencia de concreto beige con
revestimiento de travertino cuenta con vistas sin obstáculos de 360° del amplio
lago y el paisaje circundante. El diseño sitúa estratégicamente las zonas
sociales y los dormitorios para enfatizar estas vistas. Una escalera en espiral
en el corazón de la casa sirve como punto focal, atravesando los tres niveles,
desde el garaje del sótano a través de los espacios de estar y comedor a los dormitorios
de arriba.
Este
llamativo elemento escultórico, hábilmente elaborado en concreto moldeado,
orquesta el flujo espacial, integrando a la perfección los espacios habitables
y las estancias privadas. El techo sobre la escalera tiene una deuda con los
paisajes celestes de James Turrell; durante el día, parece flotar con la ayuda
de la luz natural indirecta, y por la noche con la luz artificial.
A
lo largo del día, la escalera proyecta sombras dinámicas, transformando la luz
y animando toda la residencia. La casa tiene una planta abierta diseñada para
el entretenimiento, que permite un flujo natural entre los espacios interiores
y exteriores. Los salones y comedores interiores se abren a los espacios
exteriores, que cuentan con una piscina, una amplia zona de estar, una hoguera
hundida con asientos y una zona de cocina y comedor protegida por una pérgola.
Inspirada
en los estudios de Louis Kahn sobre las formas geométricas y la luz natural,
así como en su preferencia por la simplicidad y la funcionalidad, la planta
cuadrada y la escalera circular de la casa logran una armonía geométrica.
Fotografía:
Fernando Marroquín
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