Una mezcla entre tradición, arte y contemporaneidad para el disfrute de la ciudad de Mérida, Yucatán y México.
El corazón de la vivienda una pequeña piscina
que envuelve las habitaciones y al área social, haciendo una reminiscencia a
los cenotes de la península.
La primera crujía pertenece a una casona del
siglo pasado que fue rehabilitada y reestructurada para contener el área de
cocina, vestíbulo de acceso y las escaleras, que además de ser un elemento de
conexión con la planta alta, funcionan como estudio y área de guarda.
En la segunda crujía se continua con la altura
de la primera en donde se colocaron la sala y el comedor que de respaldo un
muro de cemento pigmentado azul funciona como contraste entre los colores
neutrales del resto del espacio, se colocó un ventanal de herrería a doble
altura que se puede abrir parcial o completamente conectando con el exterior de
manera inmediata.
Debajo del pasillo que conecta la planta alta,
se encuentra medio baño y el cuarto de equipos que dan servicio al área central
de la vivienda cubierta con un elemento de diseño que nos recuerda el patrón de
los pisos encontrados en la casa original, los cuales se utilizaron en las
recamaras.
En la parte posterior de la propiedad se ubican
las recamaras, las disposiciones de cada una cambian por función y comodidad
siempre buscando el mayor aprovechamiento de la iluminación natural y
ventilación cruzada.
En conjunto una vivienda vinculada con toda
intención al exterior desde cada uno de sus espacios, logrando que se complementaran
con la estética de los demás elementos, pisos de pasta tradicionales,
materiales naturales de la región y objetos de diseño como los barandales, la
cocina, la cubierta del pasillo de planta alta, lavabos de crema piedra maya,
hacen vivir sensorialmente la vivienda.
Fotografía: Manolo Solís / Alonso Velarde
Esta en venta la casa?
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