De Portada: Herradura Uno por BULAU


El principal logro de este exclusivo conjunto residencial fue convencer al cliente de hacer un ejercicio más amigable con el lugar, ya que la competencia estaba empatada con otra propuesta que negaba la filtración 
natural de agua al terreno.  El proyecto de BULAU permitió lograr el total del área libre permeable y brindó a las cuatro viviendas jardines privados, además de respetar los árboles existentes.   

Por: podio @podiomx


Herradura Uno se ubica en el municipio de Naucalpan dentro del Estado de México. El terreno trapezoidal es casi colindante con el Club de Golf Chapultepec y cuenta con un área de 1,100 m2. El punto de partida de este proyecto fue generar la mayor superficie verde posible. Por esta razón, la estrategia de diseño consistió en reducir el área de desplante para dar prioridad a los jardines y crear un eje
compositivo en dirección noroeste-sureste que divide el terreno y separa el conjunto en dos cuerpos.
  

Cada cuerpo cuenta con una planta rectangular de 12 x 22 metros que se abre al centro para poder acceder independientemente a cada vivienda.  El programa se desarrolla en tres niveles, más un semisótano, de esta forma se logró cumplir con todos los requerimientos solicitados en la menor huella posible. El desplante obtenido resultó menor al 50% de la superficie total del terreno.


Otra de las premisas del proyecto era la flexibilidad. Por ello, a cada casa se puede acceder de tres formas distintas. La principal es a través de una amplia escalinata compartida que sobresale por su tamaño y forma; el segundo acceso es por el estacionamiento, el cual se liga al semisótano para entrar por el medio nivel de la sala comedor, y el tercero es por el jardín, con lo que se evita el ingreso a los espacios íntimos de la casa. Además, se pensó en un esquema que tuviera la posibilidad de integrar un elevador si así lo requería el usuario.
 

El lenguaje hacia el exterior es sobrio y sólido, el concreto es el principal protagonista y busca crear un diálogo con la vegetación de los jardines. Las entradas se revistieron con madera de teca que también utilizamos en las
escaleras y los barandales para dar jerarquía a los espacios. Además, en algunos vértices de la fachada se asoman otras texturas como el mármol Tepeji o las láminas negras de las macetas que dejan ver las intenciones de los interiores.


Cada vivienda está conformada por un espacio social, de altura y media, que se liga al mezanine; un espacio flexible que puede convertirse en estudio, sala de TV o en una cuarta recámara, que cuenta con un baño completo. La sala comedor se une al jardín mediante una cancelería con la que se logró una apertura total al exterior. Las tres habitaciones se encuentran en la tercera planta, con acceso al
roof garden. Además, la recámara principal tiene un amplio walk in closet.  Para complementar el programa, y debido a la limitante de altura, un semisótano aloja el área de servicios y un cuarto de usos múltiples.



Los interiores son cálidos, en los pisos y carpinterías se usan maderas de encino nacional, certificadas y de uso responsable. Las herrerías negras resueltas a
partir de soleras y ángulos acompañan el núcleo central de las escaleras que conectan todos los niveles. Esta obra nos permitió explorar los límites y las posibilidades de generar espacios flexibles que se adapten a un usuario pero al mismo tiempo respondan a un conjunto.

Fotografía: Héctor de la Peña y Marcos Betanzos

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