La esencia del proyecto para esta residencia es la mezcla de las culturas de la familia que vivirá en ella. Las raíces mexicanas y turcas definieron un programa en el que hay un balance perfecto entre la hospitalidad y el respeto, que además marcó los lineamientos de diseño de todos los espacios.
La casa forma
parte de su entorno y protege a sus habitantes en una forma armónica con su
contexto. Como parte de la estrategia volumétrica y el mejor aprovechamiento
del terreno, uno de los niveles quedó enterrado permitiendo varias lecturas del
mismo proyecto y logrando que desde varios puntos se presente más baja de lo
que en realidad es.
Siendo el espacio lo más importante y con
el objetivo de lograr una completa sensación de paz se eligió el color blanco
como el punto de inicio y remate de todo el proyecto, contrastado discretamente
por una selección de materiales en los que destacan la madera de encino y
loseta cerámica en un gris obscuro. La luz natural domina y se cuela a todos
los espacios interiores para que lo se diseñó una iluminación artificial que
genera un agradable refuerzo en los momentos que son necesarios, sin perder el
protagonismo del gran lienzo blanco.
La casa te recibe en la planta de acceso
con una doble altura, un vestíbulo inundado de luz gracias a las perforaciones
laterales y cenitales que dan como resultado una iluminada bienvenida. Se
distribuyeron una amplia estancia y un comedor con terrazas complementados con
el baño de visitas y un estudio. La cocina también se ubicó en esta planta
conectada con las áreas públicas, su terraza y la lavandería.
En la planta alta están las tres
recámaras, el family room y la habitación principal que tiene baño vestidor y
una terraza privada. En la planta baja se localiza el área de juegos y se ubicó
al centro entre el estacionamiento para dos autos y el jardín. Es un espacio
flexible que puede crecer de acuerdo a las actividades simplemente ensamblando
los tres espacios en un salón de fiestas. También se encuentran la bodega,
cuarto de servicio y la casa de los perros, un espacio emblemático y muy
importante debido a que Lola la gran danés y Anuk el pastor belga son parte de
la familia.
Fotografía: Marcos Betanzos
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