El mayor reto fue reinventar la sucursal del Centro Histórico, sin perder el espíritu de las neverías originales para transformarla en un ambiente contemporáneo. Al ser un negocio familiar, se trabajó de la mano sus miembros y se respondió a sus deseos, logrando mantener la esencia que define a Roxy de una manera atrevida.
La nevería está ubicada en la calle de Donceles una
privilegiada ubicación que hace fácil el acceso desde las calles más
importantes del centro, justo a espaldas del Museo Nacional de Arte o mejor
conocido como el MUNAL. Se logró que la intervención de 60 m2 se integrara de
manera armónica con el contexto creando la sensación de que la nevería siempre
ha estado ahí.
Se respetaron las formas lineales características
del Art Decó y se utilizaron para unificar el espacio. Estas formas están
representadas con soleras metálicas que comunican los despieces en el piso y la
barra, subiendo por el muro y desembocando en cajillos de luz en plafón.
Se crearon varios acentos con materiales de la
época, como el piso de terrazo entintado en los colores distintivos de la
marca. Todo esto sin dejar de lado los temas de funcionalidad para que una
fuente de sodas opere correctamente.
Un elemento importante es el gran foto mural que
ayuda a crear un ambiente diferente dentro de la nevería. Es tradición colocar
en cada nevería una fotografía de los abuelos, fundadores del negocio, y en
este caso se decidió retomar este concepto con un mural impreso con la fotografía
de la primera nevería de la Condesa, adaptándola con coches y vestuario de la
época de los años 40.
Fotografía: Jaime Navarro
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