La Visual De... El común denominador

Junya Ishigami (Kanagawa, Japón, 1974), fue anunciado a inicios de este año como el arquitecto comisionado para el diseño del pabellón de la Serpentine Gallery de Londres en su edición 2019. De la mano de su reconocimiento por su arquitectura y su trayectoria que incluye el haber trabajado en SANAA de 2000-2004; realizar el Kanagawa Institute of Technology Workshop en 2004 y posteriormente pabellón japonés en la Bienal de Arquitectura de Venecia en 2008, ahora ha tenido que aceptar la indicación para pagar a sus colaboradores por el diseño de tal comisión de la galería londinense. Parece obvio, pero no lo es.


Pabellón de la Serpentine Gallery, 2019. Junya Ishigami and Associates
Por Marcos Betanzos
@MBetanzos
Para aceptar tal exigencia, el arquitecto japonés tuvo que ser exhibido por el diseñador Adam Nathaniel Furman (http://www.adamnathanielfurman.com/), quien ha comenzado desde hace unas semanas una campaña que tiene por objetivo terminar con la cultura de las colaboraciones (o pasantías) no remuneradas en los despachos de arquitectura. Con el #archislavery, Nathaniel Furman ha dejado claro su petición de que ningún arquitecto acceda a comisiones de alto prestigio cuando tienen por regla de operación recibir encargos y desarrollarlos con trabajo no remunerado de terceros.


En el mail publicado (tiene varios) en su cuenta de Instagram @adamnathanielfurman, el diseñador hace visible las condiciones que permiten acceder a una pasantía en Junya Ishigami and Associates, entre ellas, la primera y quizá más importante: dejan en claro que las actividades no son remuneradas; que cada practicante debe llevar su propio equipo y su propio software y que las jornadas laborales son de lunes a sábado de 11 am a la media noche, todo ello por un periodo de ocho a doce semanas.


Pabellón de la Serpentine Gallery, 2019. Junya Ishigami and Associates


El caso no es el único, en el desfile de nombres se encuentran los de Alejandro Aravena, Sou Fujimoto, Studio Mumbai, entre otros. La sorpresa de Ben Derbyshire, presidente del Royal Institute of British Architects, al pronunciarse sobre la continuidad de estas prácticas parece falsa; sin embargo, le antecede una regulación que desde 2016 obliga a los despachos de su país a pagar en salarios mínimos cualquier actividad desarrollada.


Pabellón de Japón. Bienal de Arquitectura de Venecia, 2008.


Las explicaciones (o quizá hay que decir, las justificaciones) simples a estas prácticas comunes sobran; las soluciones más radicales para estos males empiezan desde la sentencia desafiante que sostiene que esto no puede continuar, nadie se aproxima al cómo. Esta exhibición mediática parece una ruta inicial para diluir las formas y los métodos de producción de la arquitectura con base en la explotación laboral, cualquier oficina, en cualquier país. Sabemos bien que México no es ninguna excepción. La plataforma del abuso es sin más, el común denominador.


Kanagawa Institute of Technology Workshop. Iwan Baan.


Los esfuerzos de Junya Ishigami por crear una arquitectura que genere nuevas posibilidades, encuentra aquí un punto de quiebre, pero no es el único que dará cara a ese desafío. ¿Ya podemos comenzar a hablar de ese tema en nuestro país o seguiremos refugiándonos, por un lado, en el manto protector de los nombres más encumbrados de nuestro gremio o en el cinismo de los jóvenes arquitectos que prefieren hacer uso de la frase “Somos una oficina emergente”, para justificar la obtención de cualquier trabajo no remunerado?


Kanagawa Institute of Technology Workshop. Iwan Baan.


Captura de pantalla. Instagram: @adamnathanielfurman.


*Marcos Betanzos (Ciudad de México, 1983) es arquitecto, fotógrafo y profesor de cátedra en el Tecnológico de Monterrey Campus Santa Fe y CENTRO. Becario FONCA 2012-213, integrante de FUNDAMENTAL, taller de arquitectura, paisaje y urbanismo.

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