“El agua que penetra entre los edificios es un elemento vital, renovador, que ofrece frescura y al mismo tiempo nos brinda el placer de reflejarnos en la alegría de una isla sin igual”, Jean Nouvel.
Por Arturo Emilio Escobar @AEmilioEscobar
Su diseño es cautivador, tanto que los paseantes se detienen en su deambular para admirarlo en el paseo marítimo salpicado de palmeras y yates. Los sensuales giros del edificio atrapan la mirada entre sus colores primarios y la dirigen al centro de la estructura, un anfiteatro abierto que enmarca el conjunto urbano de Ibiza con sus blancas edificaciones como escenario.
Este lúdico y extrovertido carácter se extiende por toda la urbanización, cuyo sinuoso movimiento fue idea del famoso arquitecto francés Jean Nouvel, en colaboración con el conocido estudio Ribas & Ribas, de Barcelona. Ambos desarrollaron un proyecto que aspira a combinar los dos aspectos singulares de la vida de Ibiza: tradición y modernidad, en un conjunto que habla de la alegría y naturalidad del entorno.
Las omnipresentes salpicaduras y remolinos de
colores brillantes celebran el hedonismo que hace famosa a la isla, donde la
exuberante boa de plumas, que da nombre al complejo, asciende en hipnóticas
curvas que hacen brotar un sentimiento de libertad, un estímulo emocional tanto
para los propietarios, huéspedes o turistas que paseen por ahí.
Las raíces tradicionales de Ibiza se reflejan en el constante uso del blanco como color de toda la localidad. Las íntimas y naturales calas, que abundan en las costas de la isla, prestan su nombre a cada uno de los apartamentos. De hecho, el híbrido arquitectónico se inspira en los perfiles de una cala ibicenca, incluso la gran piscina-lago contribuye a reforzar esta metáfora. Por la noche ─cuando despierta el ambiente de celebración─ el agua se ilumina con proyecciones que llenan de luz el escenario donde bailan Las Boas.
Las raíces tradicionales de Ibiza se reflejan en el constante uso del blanco como color de toda la localidad. Las íntimas y naturales calas, que abundan en las costas de la isla, prestan su nombre a cada uno de los apartamentos. De hecho, el híbrido arquitectónico se inspira en los perfiles de una cala ibicenca, incluso la gran piscina-lago contribuye a reforzar esta metáfora. Por la noche ─cuando despierta el ambiente de celebración─ el agua se ilumina con proyecciones que llenan de luz el escenario donde bailan Las Boas.
Cada uno de los 179 departamentos es diferente, incluso el acabado de los pisos con diseño en trencadís ─fragmentos de azulejo rotos pegados a mano que Gaudí utilizó a menudo en sus obras de Barcelona─ es único. Si no eres residente de este conjunto, ¡no te preocupes!, porque algunos propietarios rentan su apartamento para viajeros internacionales (en la web de House Trip España) desde 823 euros por noche.
www.jeannouvel.com
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