La Fundación Louis Roederer asocia el mundo artístico con la creación del vino
Por Arturo Emilio Escobar @AEmilioEscobar
En las raíces de su lema “en la búsqueda de
la obra”, la marca Louis Roederer sembró la ambición de crear un vino que, más
allá del placer del paladar, suscitara una emoción, una identidad enlazada con
la creatividad y el ensamblaje de conceptos: tierra, viña, uva, madera, tiempo,
equilibrio, expresión artística en la creación del champagne.
Al asociar su tradición con la cultura y la gráfica
contemporánea encontraron la manera de enriquecer el valor inmaterial de sus
vinos, crearon la Fundación Louis Roederer para acercarse al mundo del arte. De
esta manera, desde hace 10 años, apoyan el desarrollo artístico contemporáneo,
en particular la fotografía y la literatura, y principalmente estimulan el
encuentro entre las imágenes y las palabras, entre la belleza y el sentido,
entre la esencia y la comunicación visual.
La Fundación privilegia el desarrollo de
formas de expresión que conduzcan a una “inteligencia” del vino que, más allá
del placer, procure el sentimiento de una armonía entre el espíritu y los
sentidos.
“También renovamos sutilmente el logotipo y se
rediseñaron las etiquetas con un bloque de color específico para cada cuvée: Brut
Premier, Rosé, Vintage, Blanc de Blancs y Carte Blanche, que ahora tienen una
mayor correspondencia con Cristal, la carta fuerte de Roederer”.
Phillipe Di Meo intervino las cajas de las
botellas con diseños monocromáticos, diminutas burbujas con toques vintage y
relieves en color oro que aportan dimensión y volumen, integrando el nuevo logotipo
de la marca como un elemento neutro y esencial de la composición.
Fotografías cortesía Louis Roederer
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