Fusión Casa de Diseñadores

Una plataforma de proyección y difusión que impulsa a los diseñadores y artistas independientes en México


Por: Estivaly Calva Tapia @estivalycalva
Los tianguis y bazares existen desde siempre, pero apenas una década atrás en la Ciudad de México no había bazares de diseñadores gráficos, industriales, textiles y de moda en lugares públicos.

Manuel Sekkel y Carolina Kopeloff son de nacionalidad argentina y vieron surgir estas ferias de diseñadores en su país en el año 2000 cuando llegó una crisis económica y surgió una idea: los jóvenes recién egresados de la universidad se reunían en parques para vender directamente las cosas que producían.

Fue así como Manuel y Carolina llegaron a México con el propósito de organizar “Bazar Fusión”, el primer bazar de arte y diseño alternativo de la Ciudad de México. En un principio, él fabricó zapatos y ella comenzó a diseñar accesorios.


El primer bazar fue más anecdótico. Lo hicieron en diciembre de 2003 en la sala de una casa. Luego, el primero oficialmente fue en el atrio de la Colonia Roma. Posteriormente, estuvieron en el Parque Luis Cabrera. Se fueron un año al Centro Histórico, y también permanecieron en parques de la Roma-Condesa. Y después de 60 bazares abrieron a mediados del año pasado “Fusión Casa de Diseñadores”, un espacio ubicado en la calle de Londres 37, Colonia Juárez, en donde reúnen propuestas de casi 100 diseñadores gráficos, industriales, textiles y de modas.

“Cuando hacemos la selección de diseñadores y artistas, para nosotros es muy importante que la gente que vende los productos sean los propios fabricantes. Que no sea reventa. También es necesario que tengan calidad y buen precio. Así mismo, buscamos que sean diseñadores innovadores, con un estilo propio y no una copia de algo que ya existe”, expresó Carolina Kopeloff.

Sin duda, esta iniciativa ha sido una plataforma para impulsar al talento mexicano. Hay gente que ha crecido de manera sobresaliente. Ahora ya tienen tiendas y algunos exportan.

En cuanto al costo por el espacio, los organizadores tienen una filosofía: “El precio tiene que ser justo porque queremos que el diseñador pueda vivir del diseño. Si fuera caro, entonces no les funcionaría. Por ejemplo: para un evento de tres días, la inversión va de los mil 200 a los dos mil 500 pesos. Además, no les cobramos ningún porcentaje de venta”.

Una clave del éxito de Bazar Fusión ahora conocido como Fusión Casa de Diseñadores ha sido difundir a los diseñadores y sus productos. “Para mí no es negocio si para el diseñador no es negocio. Si yo no hago que llegue la gente y sepa lo que está comprando, entonces el diseñador no vende y no me renta un espacio”.

En el inicio del proyecto, Carolina recuerda que fue muy difícil que la gente entendiera de qué se trataba porque era algo nuevo. “Cuando invitaba a las personas pensaban que era una venta de garaje o un tianguis de reventa. Lo que empezamos a transmitir es que compraban diseño hecho en México”.

Al principio, todos producían mucho menos, pero conforme creció el evento, el diseñador tiene que aumentar su capacidad de producción. “Había gente que lo hacía como un hobby y llegó un momento en que ya no podíamos tener diseñadores hobby porque no tenían la cantidad de mercancía necesaria para un fin de semana (viernes, sábado y domingo)”.

Hoy, Fusión Casa de Diseñadores ofrece una tienda fija a los participantes, además de que dos fines de semana al mes (los que son quincena) se suman más diseñadores itinerantes, así como propuestas gastronómicas en los Food Truck.

“Lo que queremos para la casa, es que no solamente sea venir y comprar sino que te encuentres con una exposición de arte o un foro con espectáculos”.

Otro de los aciertos ha sido escuchar a los diseñadores y preocuparse por ellos. “Al final de cada evento, siempre les preguntábamos: ¿Cómo te fue? ¿Quién te compró? ¿Cuánto vendiste? Nos interesa que sea un negocio rentable”.  

Carolina nos confiesa que si hacemos algo que de verdad amamos debemos trabajar y buscar resultados. “Un negocio no se hace de un día para otro porque, en nuestro caso, fue un cambio muy grande hacer un evento itinerante cada tres meses y luego decidir abrir una casa todos los días”.

Manuel Sekkel y Carolina Kopeloff
Con respecto a la competencia, ella considera que hay un público recurrente que va a los bazares de diseño. “A nosotros nos ha pasado que no podemos incluir a más de 80 diseñadores, porque no caben, y queda mucha gente fuera. Por eso, el que se generen diferentes espacios es darle oportunidad a más personas”.

Finalmente, en estos primeros 10 años, han pasado por Bazar Fusión más de 300 firmas fabricantes. Entre ellas: Cristina Celis, Tsimani, Tatan, Fábrica Social, Cítrico, Giralambres, Faceta, Turleza, Malafacha, Carlos Sandoval, Dios Mediante, Difoarte, Luani, Mal de Amores, Nöck, Tiza, Valeria Castro y Mariana Barranco.

Fotografías: Javier Pérez y cortesía Fusión 

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