La pasión de Francisco Acuña y Carlos Trujillo es transmitir propuestas innovadoras a través de sus tres showrooms de lujo
Un mes antes de la
famosa devaluación de 1994, Francisco Acuña y Carlos Trujillo emprendieron su
propio negocio: Piacere. ¿El panorama? Fue muy difícil al principio, se
requirió de mucha determinación, claridad y constancia.
Vinieron más devaluaciones e inclusive el cierre de una de sus tiendas, pero el principio básico que ha mantenido con éxito a estos dos empresarios ha sido: saber lo que quieren y no bajar la guardia hasta conseguirlo.
Ambos emprendedores deseaban tener una empresa donde hicieran diseño y vendieran un producto que les gustara, en este caso, el tema de las cocinas. Y su idea siempre fue clara: “Queremos una tienda que sea la mejor de México y que compita a nivel internacional”. Esto los motivó a visitar otros países y ver qué era lo que existía.
Vinieron más devaluaciones e inclusive el cierre de una de sus tiendas, pero el principio básico que ha mantenido con éxito a estos dos empresarios ha sido: saber lo que quieren y no bajar la guardia hasta conseguirlo.
Ambos emprendedores deseaban tener una empresa donde hicieran diseño y vendieran un producto que les gustara, en este caso, el tema de las cocinas. Y su idea siempre fue clara: “Queremos una tienda que sea la mejor de México y que compita a nivel internacional”. Esto los motivó a visitar otros países y ver qué era lo que existía.
Su inversión inicial fue
de 30 mil pesos. La clave para ir creciendo fue reinvertir el capital
constantemente. Actualmente, Piacere genera más de 50 empleos y cuenta con tres
showrooms: uno en Polanco, un espacio con seis “cocinas vivas”, el otro se
encuentra en Reforma número 625 y el tercero se encuentra en Los Cabos, BCS.
Ahora ya no
comercializan sólo cocinas, sino más de mil productos. Entre ellos: mobiliario
y accesorios para el hogar y la oficina, jardín, iluminación interior y
exterior, sanitarios, pavimentos y alfombras, construcción interior y espacios
urbanos.
Parte de su éxito es la
representación que tienen en exclusiva para México de distintos proveedores
internacionales.
“Nuestra tarea es diseñar los espacios de exhibición y en algunos casos muebles especiales que no existen dentro del catálogo. Hay toda una logística entre las cosas que diseñamos y mandamos a producir a Italia o Alemania, y los demás productos que traemos de importación. También coordinamos el montaje de las casas muestra. Así mismo, el servicio postventa es de suma importancia para nosotros”, expresó Francisco Acuña.
“Nuestra tarea es diseñar los espacios de exhibición y en algunos casos muebles especiales que no existen dentro del catálogo. Hay toda una logística entre las cosas que diseñamos y mandamos a producir a Italia o Alemania, y los demás productos que traemos de importación. También coordinamos el montaje de las casas muestra. Así mismo, el servicio postventa es de suma importancia para nosotros”, expresó Francisco Acuña.
Sus tiendas son cerradas,
pero han invitado a la competencia a conocerlos. “Cuando vemos que nos imitan,
quiere decir que estamos haciendo bien las cosas. Y si ya nos alcanzaron es
porque nosotros debemos estar en el próximo paso”, aseguró el entrevistado.
Estos empresarios no han
querido crecer exponencialmente porque perderían contacto con sus clientes.
“Hemos visto competencia nuestra donde ya los dueños no tienen tiempo de ver a
sus compradores”.
En Piacere trabajan con
el cliente y el arquitecto. “Nuestro papel es hacer una cocina muy bonita y
estética pero que sea funcional y adaptada a las necesidades de cada familia.
Para lograrlo, contamos con una red fuerte de arquitectos que ya tenemos identificados
y sentimos que son los mejores porque los buscan nuestros clientes para hacer
sus casas”.
En un inicio, Francisco
y Carlos no tenían tienda, sólo un muestrario y nada más. Hoy, atienden un
mercado de lujo, triple AAA.
Una cocina para un departamento pequeño se encuentra entre los 20 y 50 mil dólares. Cuando los contrata un edificio y son volúmenes más grandes entran desde los 10 mil dólares. Y para cocinas residenciales el costo promedio ronda entre los 40 y los 200 mil dólares.
Una cocina para un departamento pequeño se encuentra entre los 20 y 50 mil dólares. Cuando los contrata un edificio y son volúmenes más grandes entran desde los 10 mil dólares. Y para cocinas residenciales el costo promedio ronda entre los 40 y los 200 mil dólares.
Tienen recámaras que
cuestan desde 7 mil dólares hasta 20 mil dólares. Y un baño completo puede
costar desde los 2 mil 500 dólares hasta los 40 mil dólares. “Pensamos que vendemos lujo y buscamos
vivirlo naturalmente no ostentosamente”, concluyó Francisco Acuña.
Fotografías: Cortesía
Piacere
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