Un diseño que partió de líneas tradicionales y se dedicó a encontrar muchos espacios de convivencia para este nuevo hogar.
Un terreno poligonal demasiado irregular —en Xalapa, Veracruz— sumado a las restricciones del propio fraccionamiento y una pendiente sin un tramo plano, nos dieron la oportunidad de catalizar las desventajas comerciales del terreno y diseñar una casa singular. Un hogar muy familiar con niños pequeños, para el que proyectamos el escenario de muchas vivencias paralelas para el feliz desarrollo de sus habitantes.
Con el objetivo de saber más de la familia entrevistamos a todos los
integrantes y recibimos una gran cantidad de ideas, desde las más inocentes y
sencillas, hasta las más complejas y utópicas.
Nuestro diseño partió de una propuesta de líneas tradicionales
respetando la normativa del fraccionamiento y los claros intereses del
propietario. El programa incluyó muchos espacios de convivencia que, gracias a
las características del terreno al colindar con áreas de donación (es decir
áreas verdes), nos ayudaron a consolidar el concepto de este refugio que nos
cuenta historias ligadas a la naturaleza.
La planta baja es el área de convivencia que conecta los espacios
privados con el exterior y se confirma como el contacto con la zona de
donación. En ella se localizan los baños para las visitas, el estudio y la
bodega.
En la planta de acceso se localiza la cocina, que es el corazón de la
casa y uno de los espacios más importantes para la familia. Tiene su propia
terraza, además de relación directa con la estancia y el comedor. También se
comunica con el área de lavado y el cuarto de servicio. Dadas las
características topográficas del terreno se decidió ubicar el estacionamiento
en un nivel un poco más alto.
Fotografía: Marcos Betanzos
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