El museo de Artes Decorativas de Paris y la revista Architectural Digest —en su edición francesa— hacen equipo por quinta ocasión y dan carta blanca a 16 interioristas para crear un espacio cuyo elemento central es la pieza de la colección del museo que seleccionaron personalmente de su acervo
Por Eugenia González @eugeniagg y Lorenzo Díaz @lorenzodiaz
Cuando
tenemos la fortuna de estar en Paris siempre buscamos el tiempo para visitar el
Museo de Artes Decorativas, un espacio formidable sobre la Rue de Rivolí que
consideramos como uno de los mejores en su tipo. Hemos tenido la oportunidad de
ver fantásticas exposiciones, pero Décors à vivre (que traducimos libremente
como decoración para vivir) nos ha dejado boquiabiertos.
Los
16 interioristas franceses que fueron invitados en esta quinta edición, con una
gran variedad de estilos y sensibilidades, desarrollaron a petición de los
organizadores espacios en los que se antoja vivir, ya que se les pidió que se
salieran completamente de la estética tradicional del museo y ocuparan la nave
central y los pasillos laterales para crear espacios como vestidor, estudio,
sala y baño entre otros. El objetivo de esta gran iniciativa es doble ya que
además de capturar el espíritu creativo del momento, busca presentar las
visiones que tienen los profesionales sobre el hogar del futuro.
La
ejecución de cada espacio excepcional y del más alto nivel que hemos visto en
un proyecto de su tipo. La exposición se inauguró el 6 de septiembre y termina
el 23 de noviembre y cada uno de estos espacios eleva el arte de vivir al
máximo, enmarcando el conocimiento y la destreza de los grandes artesanos y
encarnando los principales fundamentos de las artes decorativas: la
materialización de la belleza en la utilidad.
El
recorrido por los espacios no estaba forzado por los vigilantes de la
exposición —como suele suceder en algunos museos— era completamente libre y se
podía hacer desde la nave central o por el pasillo interior que conectaba cada
uno de los espacios. Sin importar el tipo de recorrido que se decidiera hacer
(los hicimos todos) la sorpresa siempre fue la misma y en el cambio de un
espacio a otro las constantes fueron el talento y la más alta calidad.
Aplaudimos
de pie el interés del Museo de Artes Decorativas por mantener viva la
colaboración con interioristas, arquitectos, diseñadores y todos los
profesionales y entusiastas del medio, una tradición que el museo ha perpetuado
desde su fundación. Estos espacios impulsan la gran tradición del interiorismo
Francés y nos dan un claro ejemplo de cómo se deben hacer las cosas ya que los
clientes en este gran proyecto fuimos los visitantes.
Fotos:
círculo cuadrado
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