Una charla de arquitectura y de ciudad. Una plática que cuestiona nuestra visión de urbe
Hace apenas unos días, en ocasión de su visita a la Ciudad de México con motivo de la inauguración de su muestra en el Museo Franz Mayer, tuvimos la oportunidad de platicar con el arquitecto Juan Herreros. Completamente envuelto en el frenesí de la ciudad y apasionado hasta la médula de lo que su oficio representa, la charla fue intensa y llena de contundentes conceptos.
Para Juan el oficio de arquitecto significa un enorme compromiso y dedica cada respiro de su vida a construir su arquitectura y a estudiar y profundizar en el tema hasta donde sea posible.
Y
es que el fenómeno social que la arquitectura significa es lo que mueve al
estudio Herreros, el entender la ciudad y sus mecanismos, el incorporar a otras
disciplinas. Para Juan el arquitecto no es ni enigmático ni el gran creador que
todo resuelve, en cambio cree en un jugador en equipo que logra sintetizar lo
complejo en sencillo, lo complicado en entendible, incluyendo a todos los
participantes posibles.
“No son edificios nuevos en solares vacios lo que la ciudad necesita, sino preferiblemente intervenciones sobre fragmentos de ciudad, más o menos consolidados que por alguna razón necesitan una segunda oportunidad”
“No son edificios nuevos en solares vacios lo que la ciudad necesita, sino preferiblemente intervenciones sobre fragmentos de ciudad, más o menos consolidados que por alguna razón necesitan una segunda oportunidad”
Y
es así que ve las intervenciones en las ciudades con gran historia como la
nuestra, entendiendo que la complejidad de una ciudad que cuenta cientos de
años, con una población enorme y una diversidad casi infinita, reclama mucha
atención e inteligencia.
Lamentando, al declarar esto, las oportunidades constantemente perdidas en aras del supuesto progreso y crecimiento ciegamente estereotipado en el pensamiento común de los políticos poco comprometidos. Herreros ve las oportunidades reales para la arquitectura del nuevo milenio en la redefinición de nuestras ciudades. Para Juan el sueño modernista de crear ciudades a partir de la nada está muerto y desafortunadamente sigue causando enormes daños a la planeación urbana contemporánea.
“La cuestión digamos del tamaño de las
ciudades es insoslayable, las diferentes variables que la constituyen a partir
de ciertas dimensiones se convierten en algo inmanejable. Quizá por eso habría
que pensar muy, muy seriamente cuál es el modelo de ciudad de México que se
quiere”
Y
es aquí que nuestra plática aterriza en la ciudad de México, a la que conoce ya
hace más de una década, y en la que espera poder trabajar en un futuro no muy
lejano. Con la visión que la distancia le permite tener se cuestiona sobre el
modelo que nuestra ciudad debería seguir, sobre la ciudad que mejor nos
convendría. Sin tener una respuesta certera se consiente cuestionar nuestra
falta de acuerdos y se imagina una situación donde todos podemos dejar a un
lado nuestros intereses secundarios y por un momento proponernos un modelo
donde todos ganemos. Se antoja urgente.
“¿Vamos a seguir haciendo
infraestructuras que atraviesan toda la ciudad, que conecta todo con todo, que
en cierto modo estimulan los recorridos larguísimos de los coches, de los
sistemas de transporte y de las personas… o creemos que podríamos acabar
generando un conjunto de ciudades lo suficientemente autónomas y completas que
no necesiten una de otras?”
Y
sin titubear lanza una pregunta al aire que, a la vez que sintetiza la esencia
de las absurdas vías que proponemos como futuro, propone una hipótesis ya a
escala humana, contundente.
Frase
tras frase dibuja, así en el marco de una conversación, una cantidad rica y
clara de cuestionamientos que imaginan una ciudad diferente. Tal vez libre de
compromisos y seguramente sin la ceguera de taller que nos da el vivir en una
ciudad en la que crecimos Juan nos deja pensando.
“El tema de los segundos pisos habría
que medirlo en dos direcciones ¿A quién beneficia? y ¿Qué efectos secundarios
positivos generan? Vamos a suponer que conectan… ¿es eso todo lo que exigir a
los segundos pisos?
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