Con
la carencia de un ademán urbano hacia la laguna es así como nace la idea de
hacer un malecón que permita la interacción entre arquitectura y naturaleza
Por Geovanni Jaume @g3o_v4nni
Ubicado
a la orilla del Lago de Cajititlán en Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco,
Cuexcomatitlán es uno de los asentamientos humanos más antiguos de la región,
con una Casa Conventual de Indias de 1751 –hoy convertida en delegación
municipal- y a lado un pequeño templo construido en 1750.
Es
así como el proyecto arquitectónico de Agraz Arquitectos, permite la
oportunidad para corregir este rezago natural y permite la interacción entre
las viviendas y el cuerpo de agua mediante un espacio público, además que viene
a complementar un propósito más ambicioso, que es el de ser origen y destino de
las travesías en barco o lancha de Cuexcomatitlán al Malecón, proyectado por la
firma en 2011.
Cuenta
con un andador que es utilizado como plaza pública, un borde de árboles que
inicia con tres sabinos preexistentes, enseguida se construye una pérgola que
producirá sombras, las cuales permitirán a su tiempo pasar largos ratos bajo la
protección solar. Esta pérgola, sostenida por una serie de contrafuertes de
piedra, recrea el muro del templo que da hacia a plaza y será revestida por una
enredadera que le ha sido sembrada, así con su florecimiento será una gran
barrera verde.
Los
materiales han sido escogidos de manera que resulten acordes con los del
Malecón, ya que se trata de un sólo sistema acuífero en toda la zona urbana,
así que se buscó dotarlo de una personalidad propia, añadiéndole muros con
cenefa de piedra volcánica y una serie de esferas de roca, -propuesta del
artista plástico Adrián Guerrero-, esta forma geométrica fue escogida debido a
que se encuentra presente en muchos elementos arquitectónicos de las primeras
construcciones del lugar.
La
esfera es un homenaje a esta manifestación prehispánica de barro a través de la
cual se reconoce al vacío, al hueco, debido a esto, las esferas que están
completas, a la mitad, tres cuartas partes, una cuarta parte o casi completas, dan
la sensación de estar emergiendo de la
tierra, como si hubieran sido arrojadas a la laguna y colocadas lúdicamente
sobre la plaza, estas grandes bolas de cantera han sido la delicia de los niños
ya que las usan como canicas gigantescas.
Una
combinación entre arquitectura, naturaleza y arte –a través de elementos
extraordinariamente sencillos-, es la respuesta para que Cuexcomatitlán se encuentre
con el agua y le de a sus pobladores un espacio de disfrute y recreación.
Fotos:
Onnis Luque
Fotos: Onnis Luque
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