Colectivo Rehilete fusiona lo mejor de dos mundos: la artesanía de Oaxaca con el diseño industrial contemporáneo
Carolina García, Esly
Vera y Rosario González vivieron en Oaxaca durante algunos meses para colaborar
con el CDO (Centro de Diseño de Oaxaca). Tan pronto como empezaron a trabajar
con las comunidades y los artesanos se enamoraron de su magia, constancia para
trabajar y tradición.
Resultó muy enriquecedor
compartir visiones entre estos dos personajes: artesano y diseñador. A partir
de esta experiencia, las jóvenes diseñadoras decidieron que querían fusionar lo
mejor de dos mundos: la artesanía con el diseño mexicano. Lo tradicional y lo contemporáneo.
Así fue como nació
Colectivo Rehilete en octubre de 2013 con la inauguración de su showroom en la ciudad de Oaxaca y una
primera colección de 18 piezas. ¿La más exitosa? Banderina, una bufanda inspirada
en el papel picado, la cual se hace por medio de suaje y es paño de lana. Su
pieza es producida en varios colores y su precio es de 550 pesos.
“Hay productos que se
venden mucho, pero en otros casos, la gente sólo pregunta por ellos y te dicen:
¡Qué bonitos están!, sin embargo no los compran. Sólo te los piden para tomarle
fotos o exponerlos. Observamos y somos críticas, a partir de los errores uno
aprende y ahora nuestro siguiente catálogo será solamente de ocho piezas
diferentes, la mitad de la anterior”, expresó Rosario.
La diseñadora comentó
que planean sacar dos o hasta cuatro colecciones por año. Lo que buscan es que
sus líneas sean más exclusivas y producir una edición limitada de cada producto.
Así mismo, Colectivo Rehilete está produciendo mobiliario para las casas de los
oaxaqueños.
Su pieza más económica
son los Negritos, unos collares hechos de hilo de plata que están inspirados en
los muñecos oaxaqueños hilados a mano. “Cuestan 250 pesos y les dimos un giro
contemporáneo convirtiéndolo en un accesorio de uso cotidiano”.
A su vez, sus dos
productos más costosos son el frutero Penca y el banco Cuztic. Ambos tienen un
precio de tres mil pesos. “Son diseños que están bien pensados, resueltos a
detalle, tienen un por qué”, aseguró la creativa.
La Penca surgió a partir
de un estudio de la cultura otomí donde se dieron cuenta de que la principal
materia prima de los otomís para hacer muchas cosas es el maguey. “Cortamos un
penca de maguey, la cual tiene que ser forjada por cinco personas. Después se
deja secar, luego la esmaltamos y se quema de cierta manera para que no se
rompa. Al terminar el proceso la pieza es muy resistente”.
Por su parte, Cuztic -en Náhuatl- es un banquito que está inspirado en un peine y en la acción de peinar. Aquí se fusionan dos procesos de fabricación: lo tradicional (torno de madera) trabajado por el artesano manualmente y la tecnología router CNC (Corte de Control Numérico). “Lo interesante es su manera de ensamblaje que permite fabricarlo milimétricamente. Se teje bastón por bastón y creamos una estructura tan sólida que aguanta el peso de una persona”.
Las egresadas de CENTRO
de Diseño, Cine y Televisión trabajan en promedio con seis proveedores en
Oaxaca y otros seis en el Distrito Federal. Tienen además una consignación en
el Museo Tamayo.
“Hicimos una instalación
en el Museo Tamayo que está llena de rehiletes y representa los magueyes y las
montañas que hay en Oaxaca”.
Finalmente, Rosario comentó que no apoyan la actitud de los diseñadores que por ser famosos se sienten “rock stars” y venden sus piezas carísimas. “Se necesitan ofrecer precios justos, diseño alcanzable, porque en México no hay tanta cultura de comprarle a un diseñador estrella”, concluyó.
Carolina García, Rosario González y Esly Vera |
Fotografías: cortesía
Colectivo Rehilete
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