Por: Gerardo Cantú
La intervención de espacios verdes a través del mantenimiento, implica la educación del personal involucrado, haciendo énfasis en los principios de estética que el paisajista plasmó desde un principio, de igual modo aplicando las mejores tendencias de corte, despunte y poda, apoyados en 3 factores básicos de desarrollo y sustentabilidad.
El primero es el respetar a la medida de lo posible el diseño y tendencia formal e informal que en un principio concibió el creador. Muchas veces esto será posible a medida de que las especies utilizadas coincidan con las clemencias geográficas y de clima donde el arquitecto decide distribuirlas y posicionarlas en un plano conceptual. Por medio de la vivencia y la experiencia que implica el acto de mantenimiento diario, nos damos cuenta donde se realizó de manera correcta o incorrecta el diseño de paisaje, sustituyendo plantas en algunos casos para sitios específicos en donde las anteriores no alcanzan el desarrollo o la belleza total.
El segundo es aplicar de manera estrecha y concisa un
planteamiento de cuidado por medio de los fines que la horticultura persigue;
para el sano alimento y cuidado clínico de las especies, es por esto que recomendamos
la importancia al definir una paleta de especies no demasiado extensa,
agregando a esta la afinidad a medida de lo posible entre árboles y plantas. De
este modo lograremos aplicar cuidados extensivos a todos, en donde bajaremos
costos innecesarios directamente por sustitución de especies, diferentes
procedimientos de fertilización y fumigación.
El tercero y no menos importante, es en
el que plasma en espacio y tiempo el artista de la tijera, ya que la actividad
de poda bien planeada no consiste en cortar plantas y setos de manera
desordenada. Consiste en una planeación estratégica calendarizada para que de
este modo los especímenes tengan una continuidad armónica y estética con el
entorno y el paisaje diseñado.
El corte en definitiva no es un acto de
fe, existe experiencia documentada con más de 2,000 años de antigüedad donde
por medio del estudio y la separación de especies, entendemos que el proceso
lunar tiene un efecto positivo o negativo en el crecimiento y la poda, por otra
parte entendemos que existen plantas que por su proceso de desarrollo o
crecimiento no podemos estar cortándolas una vez al mes (si queremos ver algún
destello de follaje y flores) como es el caso de las Azaleas.
Aplicar historias de éxito en cuanto a
la planeación correcta de especies y el número aceptado de ellas en una misma zona
residencial resulta benéfico para el entorno, el cuidado y la economía conjunta.
Dos casos específicos me resultan excelentes a mencionar, Cumbres de Santa Fe y
Bosques de Santa Fe, armonía total en color y movimiento, con una paleta
estratégicamente delimitada con beneficio estético y de desarrollo para el
observador.
Fotografía: cortesía de Gerardo Cantú
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