Aprovechando al máximo su emplazamiento en los márgenes de la laguna de Mandinga y el río Jamapa, en el puerto de Veracruz. Su diseño responde a las particularidades de un clima tropical-húmedo, integrando estrategias de confort térmico y de relación con el entorno.
Desde su acceso, un gran árbol se erige como el elemento articulador del proyecto, organizando los recorridos y conexiones espaciales. La fluidez entre zonas públicas y privadas, distribuidas en ambos niveles, permite un dinamismo en la manera de habitar la casa, adaptándose a los requerimientos del usuario.
La disposición de los espacios a lo largo del terreno genera un "peine programático" que funciona como un sistema de filtros espaciales, favoreciendo la interacción entre el interior y el exterior. La arquitectura de bordes que caracteriza la casa explora vistas abiertas hacia los márgenes acuáticos, reforzando su vínculo con la naturaleza y privilegiando la ventilación cruzada para optimizar el confort térmico. Además, la orientación del proyecto minimiza la incidencia solar y enmarca las visuales hacia el canal de navegación en la parte posterior del sitio.
Más que una residencia, se configura como un paisaje habitable, donde los límites entre el espacio construido y el entorno natural se disuelven para crear una experiencia de vida integrada y transparente.
Fotografía: Luis Gordoa
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