Una residencia unifamiliar con un terreno de 1346 m2 que
se encuentra ubicada en el perímetro de la ciudad de Mérida, Yucatán, con una
orientación noroeste-sureste, colindante a dos calles.
La inspiración comienza desde la conexión entre el cliente y el Chukum,
ya que fue quien participó como un precursor de la difusión y comercialización
de este material regional, proveniente de un árbol endémico de la península de
Yucatán, hasta llegar a ser un acabado con identidad regional. Con base en la
importancia de este material en la vida del cliente, se buscó la explotación de
las cualidades tanto climáticas, por su impermeabilidad, como estéticas por sus
atractivos de coloración y textura, logrando así innovar con su versatilidad y
haciéndolo un protagonista en todos los espacios de la casa.
La casa está planteada en un solo nivel con un funcionamiento de doble
acceso, lo que resulta en un diseño de volúmenes conectados a una sola losa que
recorre de extremo a extremo albergando en su interior el programa
arquitectónico e implementando en las dos fachadas resultantes el elemento
Chukum y piedra regional.
En cuanto a funcionamiento se toma la decisión de
crear tres ejes compositivos principales y paralelos uno de otro, en los cuales
se desarrolla el doble acceso, la casa y el jardín, destinando casi el 50% del
terreno en conservar el área permeable que proveerá de sombra y barrera
térmica. Así mismo se aprovecha el recorrido por el pasillo rodeado de
vegetación localizando el acceso principal en el centro del mismo, llegando al
recibidor y seguido de la nave que alberga todos los espacios privados de la
casa en el ala izquierda (tres habitaciones, cada una con baño, closet vestidor
y el pasillo, sala, comedor, cocina) todos colindando con jardines tanto
interiores como exteriores estratégicos para optimizar la ventilación e
iluminación natural al interior de los espacios, idóneo para solventar las
cualidades climáticas de la península.
El diseño del patio lateral resulta de la interpretación entre las
actividades de convivencia favoritas de la familia y la identidad regional, de
tal manera que se proyecta una alberca en el centro del terreno, la cual se
levanta sobre el mismo como parte de una reinterpretación de las albercas en
haciendas que quedan a la altura del observador y que en conjunto con la
vegetación y los materiales naturales utilizados logran un agradable paisaje
desde los principales espacios de convivencia de la casa. Esta área se encuentra
adyacente a una terraza exterior y una zona de bar/asador con sala hundida,
rodeada de una explanada de jardín que permiten la apertura de la visual hacia
una tercera fachada, al interior del jardín, conformada por ventanales de piso a
techo, vegetación, muros de celosías e iluminación exterior resaltando la
belleza en los tonos del material aparente. Finalmente, este espacio remata en
un jardín privado completamente arborizado y colindante a las habitaciones, con
la intención de generar un patio de juego al exterior con utilidad durante
cualquier hora del día.
Fotografía: Eduardo Calvo Santisbón
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