El elemento central del proyecto es crear una casa con
generosos espacios sociales donde los usuarios disfruten de las vistas
panorámicas y el clima de la región.
Se proponen tres niveles compuestos por dos volúmenes que se
van terrazeando para aprovechar y respetar la topografía, ya que se encuentra
en uno de los cerros más altos de Zihuatanejo en un terreno de forma
trapezoidal con un área de 500 m2. La
superficie del terreno es irregular, teniendo el acceso por la parte alta del
terreno.
El volumen central de la casa consta de dos cuerpos
rectangulares yuxtapuestos compuestos por muros de veinticinco centímetros de
espesor. El rectangular superior tiene la función de recamara principal que enmarca
la vista y crea la sensación de estar flotando en el aire. La fachada posterior
que da a la calle está protegida por una celosía compuesta por bambús
verticales logrando generar privacidad y protección solar a la habitación.
El nivel intermedio de la casa tiene la función de área
social, desde este nivel uno desciende para acceder a la terraza y alberca volada
que refleja la vista panorámica sobre el agua logrando unir el horizonte.
La pieza arquitectónica utiliza materiales esenciales como
el concreto, acero, piedra braza y bambú. Esta mezcla de materiales y técnicas
locales de construcción logra darle a la casa una fuerte personalidad moderna y
a la vez tropical, adaptándose a su contexto y estando en armonía con la
naturaleza.
Fotografía: Rafael Gamo
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