Un fragmento
de una antigua casona dividida en varias propiedades se transforma en un
pequeño hotel tipo B&B de nueve habitaciones. Este “refugio” se encuentra
ubicado en el antiguo barrio de Guadalupe en el estado de Campeche.
El proyecto
se desenvuelve detrás de una sutil fachada de 4.50m de ancho. Al atravesarla,
dos elementos son los sobrevivientes que se mantienen dentro del polígono de
50.00m de profundidad; La primera crujía, la cual de acuerdo a normatividad se
restaura; y un gran árbol al fondo que filtraba la luz a través de sus ramas,
convirtiéndose en el protagonista del sitio.
La primera
crujía, restaurada, se transforma en la recepción y área de espera para los
huéspedes del hotel, un espacio en penumbra que por su altura nos recibe con
frescura, la cual es precedida por un patio que permite bañar de luz y ventilar
el espacio.
Pasando el
primer patio, toma lugar una nueva crujía. Un galerón nuevo flanqueado por los
muros colindantes existentes, en donde se alberga el área social para los
huéspedes; un comedor común acompañado de una cocina abierta integrada al
espacio. Contenido por puertas tipo mallorquinas, el comedor puede abrirse o
cerrase en ambos extremos, permitiendo controlar la ventilación e iluminación
natural.
Al centro del
proyecto se integra un segundo patio, una extensión para el comedor, una pausa
en el espacio construido que permite convertirlo en una terraza. En este patio
se ubica la piscina acompañada de una sala y servicios complementarios. Aquí
puedes contemplar el cielo en su totalidad, es un espacio abierto que permite
la entrada del sol a la piscina y disfrutar una tarde en la sala.
Contiguo a la
piscina, el volumen de habitaciones se configura de manera modular en dos
niveles; a través de una circulación lineal ubicada de forma lateral se crea el
acceso a cada una de las habitaciones, y la cual remata con el árbol existente.
Las habitaciones se conceptualizan como un espacio vital mínimo y esencial para
el descanso, sus dimensiones mínimas son confortables y van acompañadas de un
diseño de interiores integrado con mobiliario fijo.
Al fondo del
terreno la circulación vertical pierde el protagonismo y se configura como un
recorrido en torno al árbol, permitiendo percibirlo desde distintos ángulos y
alturas. La gama de
materiales se vuelve una sutil paleta de elementos sobrios, combinando los
aplanados de chukum, madera natural, piedra de la región y textiles crudos.
Fotografía: Fabián Martínez / Bombay Estudio
No hay comentarios:
Publicar un comentario