Proyecto ganador de la categoría Hotel del XI Premio de Interiorismo Mexicano PRISMA.
El hotel ubica a sus huéspedes a solo una cuadra de la plaza
principal en el centro histórico de la ciudad de Querétaro, que desde 1996 la
UNESCO declaró como Patrimonio de la Humanidad y por lo mismo, todos los
edificios situados en el cuadrante histórico de la ciudad se encuentran
protegidos por el Instituto Nacional de Antropología e Historia, el sitio del
proyecto solía ser una casa remodelada anteriormente en los setentas, pero que
todavía contenía gran parte de la construcción original, el proceso de diseño
se enfocó en preservar el carácter histórico del edificio y al mismo tiempo
reinterpretar la gran herencia cultural de la ciudad.
El proyecto está dividido en tres zonas: el patio principal
con la fuente de la palmera flanqueada por una serie de vigas en vertical que
sirven en planta alta para formar los pasillos de cristal que llevan a las
habitaciones y al mismo tiempo en planta baja funcionan como filtro para dar
más privacidad a las habitaciones, proporcionando el patio y creando un ambiente
acogedor mientras la madera logra acentuar la verticalidad del espacio,
dirigiendo nuestra mirada al espléndido azul intenso del cielo queretano.
La biblioteca que funge como el nodo central del esquema,
tiene un librero de tres niveles que va en conjunto con las escaleras que
integran verticalmente todo el proyecto, al entrar a este espacio se ve bajo un
piso de cristal el área más tranquila del hotel, la biblioteca subterránea; el
librero termina en la planta alta junto a una terraza desde donde se ve tanto
el patio principal como el jardín posterior.
El jardín posterior yace debajo de una gran jacaranda que
delimita el espacio creando múltiples terrazas y zonas para disfrutar del
excelente clima junto a la piscina que se encuentra flanqueada por nueve habitaciones
adicionales que siguen por completo el lenguaje y ambiente del resto del
proyecto.
Todas las habitaciones nuevas de planta alta cuentan con
patios o terrazas privadas logrando así que las habitaciones tengan total
privacidad y aislamiento acústico mientras que estos patios ayudan a la
ventilación e iluminación natural de estos espacios. El comedor cuenta con una
larga barra en cuya cabecera se sitúa la parrilla donde una experimentada
cocinera prepara platillos deliciosos enfrente de los huéspedes.
El diseño del hotel se pensó para reinterpretar la gran
herencia cultural e histórica de Querétaro en una forma sencilla, pero al mismo
tiempo elegante, incluyendo en el proceso técnicas y materiales locales, el piso
de pasta de cemento se fabricó en un taller local, la madera de los elementos
principales es de pino nacional y se buscó que trabajadores y proveedores de la
zona realizaran todos los trabajos de construcción. La amplia colección de
suculentas y cactáceas seleccionadas para ambientar los patios, son endémicas
de la región y sirvieron como una fuente de inspiración para los colores
empleados en la estructura principal del hotel.
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