Un espacio donde la estética de los materiales en acabado natural rinde tributo a la belleza de las selvas y playas de Tulum y explota el impacto de la luz solar sobre sus superficies, resultando en colores, texturas y atmósferas completas, que varían con la hora del día y la estación del año.
Un desarrollo
residencial de cuatro unidades únicas, repartidas en tres volúmenes y dos
plantas. Esta distribución genera espacios que se abrazan, se cruzan, se
entrelazan, cuidando la intimidad y el misterio de cada departamento. De
primera impresión el espacio aparece indescifrable, pero, inmediatamente, su
atmósfera tranquila y serena invita a descubrirlo.
Ubicado en Tulum, los materiales –francos, naturales y
endémicos– generan un efecto sensorial en los habitantes que incrementa su
conexión con el lugar y buscan arraigar el edificio al entorno respetuosamente.
Entre todas las texturas, hay una principal, una que se percibe desde cualquier
punto y en cualquiera de los departamentos; cambiante a lo largo del día y
espectacular en todo momento: el cielo. De ahí el nombre, Cuatro Cielos.
El conjunto de 4 departamentos se localiza al sur de Tulum
sobre un terreno de 467 m2, destaca su trazo y personalidad únicos que responde
al entorno y cuida la calidad del espacio. La fachada es discreta y se abre hacia
el interior en una dinámica de formas, texturas, colores, luces, sombras y
vegetación.
Además de marcar claramente las transiciones entre el
interior y exterior, otro objetivo fue cuidar la independencia y la privacidad,
pero hacerlo sin levantar muros que atrincheraran a los habitantes o tajaran el
desarrollo en cuatro. Buscando la vinculación del habitante con el entorno, así
como mantener la conexión entre las personas y abrir la posibilidad al contacto,
los departamentos se entrelazan y dejan notar la presencia de los otros en los
pasillos que se cruzan, los puentes que sobrevuelan y los ángulos que llegan a
coincidir.
Con la idea de que las vistas y las condiciones del lugar se
experimentaran de manera franca, Cuatro Cielos fue construido con materiales
endémicos: chukum en los pisos, muros y albercas, piedra caliza –obtenida de la
propia excavación– como gravilla y como recubrimiento exterior, madera de
Maculí y cercas de jiles. Esta selección, además de implicar el uso de técnicas
tradicionales de la zona, tiene la ventaja de dar al edificio características
resistentes a las condiciones del lugar: selva, salitre, sol y humedad.
Fotografía: Zaickz Moz
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