podio: Del Blog del MODO: El trabajo divertido e inagotable de Gonzalo Tassier

El diseñador gráfico y publicista es icónico por crear varios logotipos y marcas muy conocidas en México. A sus 80 años demuestra la pasión que tiene por el diseño, porque su trabajo sea siempre divertido y su amor por los objetos.

Museo MODO

Por Rafael Bautista
Gonzalo Tassier abrió las puertas del diseño gráfico en México como se conoce hoy en día, inició como lavapinceles, “paste-up”. Con el tiempo ha visto morir al linotipo y nacer al computador, ha pegado letraset o “bajado las fuentes”. Ha sido director de arte y director creativo de grandes agencias de publicidad, pero para Gonzalo no hay cliente pequeño, él ha diseñado con el mismo fervor durante más de 50 años.

Gonzalo ha perseguido a Tapies, o a Carlos Aguirre, aprendido a pintar en pared, ha guardado cajas, cajitas, tuercas, rondanas, lápices, piedras, botes “noveau”, plumas, manguillos y hasta aire para la compresora y el aerógrafo.

Museo MODO

El museo MODO, Museo del Objeto Del Objeto realizó una exposición que retomo toda una colección del incatalogable trabajo del diseñador —recinto que Tassier conoce desde sus orígenes, cuando era la residencia de su fundador Bruno Newman, amigo entrañable—.

Museo MODO

Lo que surge del jugar con plastilina y dibujar con gises se convirtió en una extensa colección de diseños. Para esta exposición Gonzalo retomó el pincel del aire y les devolvió la vida a objetos de la basura, un mundo de color y desperdicio convertido en emoción.

Museo MODO

El trabajo desempeñado se basa en pequeños objetos, las más humildes tuercas, los tornillos que se zafan de su cabeza y se unen en una composición insólita, una búsqueda en espiral hacia atrás para homenajear al museo, a los creadores de objetos, al “homo” que ya opone el pulgar, razona, piensa, sabe usar un tenedor y mantener unidas dos piezas.

Museo MODO

Sin duda alguna Tassier es un ejemplo a seguir para todos aquellos a quienes el jugar con el diseño resulta un pasatiempo. Esta muestra nos regaló el sentido del Arte Formal, un espacio en el que el autor se mueve muy bien desenfadadamente.