Catalizador, centro y eje de la arquitectura mexicana, a 100 años de su nacimiento
Lorenzo Díaz @lorenzodiaz
Goeritz
fue maestro de mis maestros, llegó a México invitado por el Arq. Díaz Morales
sin haberse conocido y en su paso hacia Guadalajara —a donde impartiría clases—
conoció a Luis Barragán. Era apenas el principio de la mexicanización de uno de
los más mexicanos en la historia de la arquitectura y el arte contemporáneo en
México.
Una muy
interesante mezcla de talentos y habilidades le permitieron a Mathías colocarse
al centro del acontecer en un México en plena ebullición. Gran maestro supo
rodearse de los mejores pupilos, artista plástico incansable fue invitado a
participar por un gran abanico de los más activos arquitectos de la época
llevando un paso más adelante la tan sonada “integración plástica”. Siendo gran
organizador y promotor recibió
importantes tareas que culminaron en proyectos de gran resonancia como la ruta
de la amistad para las primeras Olimpiadas Culturales. Queda más que claro que
era, sobre todo, incansable.
Se cumplen 100 años de su nacimiento y con gran acierto se han
desarrollado una enorme cantidad de actividades en homenaje a este gran
creativo y creador. La exposición que actualmente se encuentra en Palacio de
Iturbide en el centro de la Ciudad de México es sin duda la más extensa e
importante que jamás se haya hecho.
Después de haberse presentado en el Reina Sofía de Madrid (muestra de la
que aquí dimos cuenta puntualmente) ahora, con muchas más piezas llega a México.
Esta
muestra representa una oportunidad única para comprender la complejidad de un
genio de nuestros tiempos, es sin duda una ocasión única ya que difícilmente se
reunirá una cantidad tan importante y vasta de su obra. Los Ecos – palabra que
le robo al Maestro – de su obra son amplios y resultan imprescindibles las claves
que se hallan durante el recorrido para comprender a fondo la génesis de una
arquitectura que toca nuestras raíces en su búsqueda de la belleza universal.
Fotografías por Lorenzo Díaz
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