Banana Lab es un centro de soluciones en maquila o producción en el ámbito del diseño
Hay muchos proyectos que
aún están en papel porque se carece de la infraestructura y los conocimientos
técnicos para poder llevarlos a cabo.
Un aliado clave para
poder materializar esas ideas que rondan la mente es Banana Lab, un centro de
soluciones en maquila o producción en el ámbito del diseño; el cual está dirigido
por Michael Ortiz.
Banana Lab es un lugar
donde prácticamente pueden hacer casi cualquier estructura por la tecnología de punta con la que cuentan. Empezaron a operar
hace cinco años haciendo corte de vinil: un gráfico que puede ser aplicado
sobre diferentes superficies, por ejemplo, autos, paredes, vidrios, madera,
entre otros. Hoy, ya cuentan con dos máquinas de corte automatizado CNC con las
que pueden cortar madera y casi todo tipo de plásticos. También tienen una
cortadora laser con la que cortan papel, plástico, madera, acrílico, cartón y
tela. Además, pueden grabar en piel.
“Las máquinas CNC sirven
para fragmentar todas las formas que imagine el cliente o diseñador. El corte puede
ser de materiales gruesos, de 12 milímetros de espesor y mucho más”, explicó
Erik Susunaga, director creativo de Banana Lab.
Ellos se apoyan en una
empresa hermana que se ha dedicado por 20 años a la producción de exhibidores y
material de punto de venta. “Los procesos que tienen son los mismos que
manejamos nosotros, como pintura en polvo, doblez y soldado de alambre, doblez
y corte de lámina, así como soldadura en general”.
Erik señaló que es muy
importante que el cliente tenga claro qué es lo que pretende diseñar. “Nosotros
hacemos todo lo relacionado con el corte automatizado, por eso los trazos y
esquemas deben tener cierto formato, con las cualidades correctas para que podamos
programar la máquina”.
Banana Lab planea tener un
mayor impacto en el mundo del diseño, porque hasta ahora se han dado a conocer
mucho más en el área de producción. “Actualmente, el 70 por ciento de nuestro
trabajo abarca la maquila y el 30 por ciento el diseño de productos”.
El creativo confesó que
han descuidado su propia línea de productos precisamente por el énfasis que le
han dado a la producción externa, pero este año buscarán retomar la edición de
sus propios objetos.
Actualmente,
comercializan distintas piezas llenas de color y creatividad. Algunas de ellas están
inspiradas, por ejemplo, en los trompos o en el clásico juguete mexicano de
tablitas mágicas. También tienen un banco en forma de serpiente llamado Bancoatl,
así como la pieza titulada Tixijuguetero.
Finalmente, dijeron, que
lo que han aprendido de este negocio dentro de Banana Lab es que “el pastel” es
tan grande como cada uno quiere que sea, habiendo rebanadas para todos. “Las
colaboraciones con otras empresas han sido una gran fortaleza. Cuando te
acercas a la gente que está en el medio y propones ideas en conjunto el trabajo
se multiplica, y así todos ganamos”.
![]() |
Michael Ortiz |
No hay comentarios:
Publicar un comentario