Antigüedades adaptadas al 2014

Las lámparas del Taller Osadía se distinguen por una combinación de tuberías con madera recuperada, además de bulbos y focos LED 


Por: Estivaly Calva Tapia @estivalycalva
A Bárbara Icaza le encantan las antigüedades, sin embargo, empezó a sentir que funcionalmente no era muy adecuado que un objeto antiguo viviera en una casa del Siglo 21. Por ello creó un binomio: recuperar piezas viejas para luego aplicarles características más industriales.

Con su taller de restauración llamado Osadía le da una segunda vida a los objetos a través de un diseño renovador. Ella lo logra utilizando tuberías en desuso, las cuales combina con madera, bulbos y focos LED.

Es así como Bárbara produce desde hace tres años muebles y lámparas con un toque industrial. “Queremos producir una colección un poco más arriesgada en el sentido de utilizar materias primas que no se vean tan impecables, sin ningún rayón, sino crear algo con más carácter y con un diseño bien resuelto”.

Además, planean usar maderas de robustas dimensiones, proporciones mucho más pesadas y que todo su funcionamiento sea muy transparente, es decir, que las instalaciones estén expuestas a la vista.  

Sin duda, lo que más le apasiona a Bárbara es encontrar las antigüedades, luego, insertarse en el proceso de recuperación de las mismas, y finalmente ver las piezas acabadas.

“Nuestra búsqueda sucede en los lugares más comunes como el mercado de La Lagunilla, sin embargo, hemos explorado zonas donde antes no imaginábamos ir. Por ejemplo, vale la pena comprar las tuberías en los tiraderos porque las venden por kilo y tienen muy buen acabado. También nos ha funcionado bastante bien asistir a diferentes ventas de garaje”.

Para ella, su mayor acierto es la colección de lámparas que realizó con botes de conserva, donde la particularidad del vidrio y la luz del bulbo conformaron piezas que fueron muy bien aceptadas por la gente y sus nuevos clientes. Estos bulbos se están volviendo a utilizar, son bajos en consumo energético y son de 30 watts aproximadamente. “Los botes de conserva estuvieron olvidados en los años 50 y 60. Hoy son bien valorados en otros países y la gente los colecciona”.

La creativa dijo que cada una de sus piezas puede ayudar a ambientar diferentes atmosferas. “Una de nuestras lámparas puede ser el motivo para decorar todo un espacio. De hecho, ha llegado gente que nos compra una lámpara sin tener mobiliario en su casa, pero ésta se vuelve la inspiración para empezar a amueblar”.

Otra cosa que nos compartió es que la mejor retroalimentación surge del mismo cliente, cuando se entusiasma al ver las creaciones. “Eso nos motiva mucho para seguir haciendo nuevas propuestas”.

Taller Osadía está produciendo alrededor de tres piezas distintas por mes, en total han creado más de 100 objetos decorativos en tres años. “Tenemos un historial de imágenes de todo lo que hemos producido, con el cual la gente ve nuestro trabajo y si hay algo que les gusta mucho, entonces, lo podemos recrear a su gusto”.

Los precios de sus lámparas van desde mil 200 pesos hasta 3 mil 500 pesos. La comercialización la hacen en su taller y también a través su página de Facebook. Así mismo, venden sus productos de manera itinerante en bazares de diseño.

Bárbara, quien estudió Relaciones Internacionales, dijo que el sector del diseño en México le inspira en gran manera. “Estamos obligados a hacer las cosas muy bien y marcar estela, porque veo que hay una generación que sí se está poniendo las pilas para generar un mercado de diseño dentro y fuera de nuestras fronteras”, concluyó.




Bárbara Icaza

Fotografías: cortesía Taller Osadía


En Facebook Osadía.mx

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