Las lámparas del Taller Osadía se distinguen por una combinación de tuberías con madera recuperada, además de bulbos y focos LED
Por: Estivaly Calva Tapia @estivalycalva
A Bárbara Icaza le
encantan las antigüedades, sin embargo, empezó a sentir que funcionalmente no
era muy adecuado que un objeto antiguo viviera en una casa del Siglo 21. Por
ello creó un binomio: recuperar piezas viejas para luego aplicarles características
más industriales.
Con su taller de
restauración llamado Osadía le da una segunda vida a los objetos a través de un
diseño renovador. Ella lo logra utilizando tuberías en desuso, las cuales
combina con madera, bulbos y focos LED.
Es así como Bárbara
produce desde hace tres años muebles y lámparas con un toque industrial. “Queremos
producir una colección un poco más arriesgada en el sentido de utilizar
materias primas que no se vean tan impecables, sin ningún rayón, sino crear
algo con más carácter y con un diseño bien resuelto”.
Además, planean usar
maderas de robustas dimensiones, proporciones mucho más pesadas y que todo su
funcionamiento sea muy transparente, es decir, que las instalaciones estén
expuestas a la vista.
Sin duda, lo que más le
apasiona a Bárbara es encontrar las antigüedades, luego, insertarse en el
proceso de recuperación de las mismas, y finalmente ver las piezas acabadas.
“Nuestra búsqueda sucede
en los lugares más comunes como el mercado de La Lagunilla, sin embargo, hemos explorado
zonas donde antes no imaginábamos ir. Por ejemplo, vale la pena comprar las
tuberías en los tiraderos porque las venden por kilo y tienen muy buen acabado.
También nos ha funcionado bastante bien asistir a diferentes ventas de garaje”.
Para ella, su mayor
acierto es la colección de lámparas que realizó con botes de conserva, donde la
particularidad del vidrio y la luz del bulbo conformaron piezas que fueron muy
bien aceptadas por la gente y sus nuevos clientes. Estos bulbos se están
volviendo a utilizar, son bajos en consumo energético y son de 30 watts
aproximadamente. “Los botes de conserva estuvieron olvidados en los años 50 y
60. Hoy son bien valorados en otros países y la gente los colecciona”.
La creativa dijo que
cada una de sus piezas puede ayudar a ambientar diferentes atmosferas. “Una de nuestras
lámparas puede ser el motivo para decorar todo un espacio. De hecho, ha llegado
gente que nos compra una lámpara sin tener mobiliario en su casa, pero ésta se
vuelve la inspiración para empezar a amueblar”.
Otra cosa que nos compartió
es que la mejor retroalimentación surge del mismo cliente, cuando se entusiasma
al ver las creaciones. “Eso nos motiva mucho para seguir haciendo nuevas propuestas”.
Taller Osadía está
produciendo alrededor de tres piezas distintas por mes, en total han creado más
de 100 objetos decorativos en tres años. “Tenemos un historial de imágenes de
todo lo que hemos producido, con el cual la gente ve nuestro trabajo y si hay algo
que les gusta mucho, entonces, lo podemos recrear a su gusto”.
Los precios de sus lámparas
van desde mil 200 pesos hasta 3 mil 500 pesos. La comercialización la hacen en
su taller y también a través su página de Facebook. Así mismo, venden sus
productos de manera itinerante en bazares de diseño.
Bárbara, quien estudió
Relaciones Internacionales, dijo que el sector del diseño en México le inspira en
gran manera. “Estamos obligados a hacer las cosas muy bien y marcar estela,
porque veo que hay una generación que sí se está poniendo las pilas para
generar un mercado de diseño dentro y fuera de nuestras fronteras”, concluyó.
Bárbara Icaza |
Fotografías: cortesía
Taller Osadía
En Facebook Osadía.mx
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