¿Qué dijo en su conferencia? En la Ciudad de México
Premiado con la AIA Gold Medal (2012), el RIBA Jencks Award (2010) o la French Grande Medaille D´Or (2001), el arquitecto Steven Holl (Washington, 1947) impartió una conferencia en la Ciudad de México, en el Polyforum Cultural Siqueiros, y recibió el premio Kalmanani en el evento BIO.series 4 organizado por NODE. “La última vez que estuve en México fue hace 10 años por la invitación de Enrique, ─Norten─ un amigo arquitecto de hace ya 35 años”, recordó Steven Holl al inicio de su presentación.
Su manifiesto, dijo, está relacionado con la exploración de conceptos como silencio, intimidad, sorpresa, inspiración, interconexión, magia, flujos, paisaje, el significado de la serenidad, órganos que hacen funcionar sus complejos sistemas arquitectónicos. Luego, explicó varios de sus proyectos en China.
“En
China, un país con más de mil 300 millones de habitantes, he podido estudiar la manera
de construir edificios híbridos urbanos para preservar el paisaje, con espacios
públicos, con áreas donde la vida se da en transiciones y recorridos al exterior”.
HORIZONTAL SKYSCRAPER
Shenzhen, China.
Steven Holl sigue la noción de que un edificio no necesariamente tiene que mostrar parámetros similares que identifican el sello de una firma de arquitectura, para él cada obra es una respuesta que surge del lugar, de la cultura, del clima, de la situación del proyecto que impulsa el diseño, que codifica la trama de la ciudad.
“Beijing, por ejemplo, es como la Ciudad de México, hay demasiado tráfico vehicular, cuya arquitectura hace algunas décadas tenía restricciones de altura, hasta que en los años 80 empezaron a construir nuevas torres”.
Fue así como en este proyecto de Shenzhen, China, buscó una conexión horizontal para enlazar tiendas, cafeterías, oficinas, viviendas con pasajes horizontales, jardines con espejos de agua, andadores que se comunican con las calles, donde también agregaron una escuela y una alberca.
“Un proyecto así en Estados Unidos tal vez nunca se hubiera podido construir, por no ser el recurrente concepto del rascacielos vertical”.
SLICED POROSITY BLOCK
Chengdu, China
Cuando Steven Holl habló con los desarrolladores de este proyecto, ellos imaginaban que fuera una obra ejemplo de la contemporaneidad China, por eso “hubo que inventarlo todo y rediseñar cada elemento”, explicó Holl. “Hay mucha actividad en ese lugar y actualmente el edificio es usado por todos en la comunidad”.
“Chengdu es un lugar muy interesante, es la ciudad más antigua de China y no ha cambiado su nombre en más de dos mil años. Por eso el espíritu de la calle es tan especial, es una ciudad de 11 millones de habitantes”.
ECOCITY ECOLOGY AND PLANNING MUSEUM
Tianjin, China.
Este proyecto surgió a partir de un concurso donde invitaron a tres renombrados arquitectos para crear una estructura, “una piel que mostrara cada uno de los edificios culturales: la biblioteca, el centro para ancianos, el museo de arte, el museo de ciencias y el de planificación”.
“La geometría es el resultado de sacar una sección cuadrangular, el inverso de esa oquedad, donde se crean espacios interiores sorprendentes. El museo de la ecología parece que fue tallado, extraído de la propia Tierra, donde existe la noción de que el tiempo se va moviendo a través de esta conexión”.
¿Cómo genera conceptos diferentes?
“Para hacer cada proyecto diferente siempre hay que experimentar el sitio, tratar de llegar con una nueva idea, pero además de tener un manifiesto, hay que entender que cada circunstancia tiene el potencial de ser algo único y fresco”.
Según su manifiesto ¿cómo un proyecto puede rehacer
la ciudad?
“Los arquitectos tienen el poder de cambiar la forma en la que vivimos, por ejemplo, yo tengo una sola casa con un par de habitaciones y un pequeño jardín. Ya se dijo en el postmodernismo y en la arquitectura moderna también se afirmó que podíamos cambiar los lenguajes, todo es cierto, pero en un espacio arquitectónico, por mínimo que sea, es posible fomentar un sentimiento de esperanza, un lenguaje de vida en grupo, crear comunidad, neutralizar la negatividad con el diseño, con la experimentación cotidiana del espacio, y en ese sentido la arquitectura es el arte más poderoso”.
“Sin embargo, la arquitectura está en peligro de volverse un producto genérico, como el trabajo artístico, hay ferias de arte en todos lados porque las obras de arte ya son productos genéricos. La arquitectura no es un producto, por eso los premios como este ─Kalmanani 2014─ ayudan a mantener el respeto, a conservar su efecto, por eso es importante el reconocimiento al trabajo arquitectónico”.
“Creo que la dimensión de un proyecto no es tan importante como la emoción que le ponemos al mismo, al cuidado y esfuerzo que le dedicamos a un espacio. Yo no construí nada grande los primeros 15 años de mi ejercicio arquitectónico”.
¿En sus proyectos hay
un cierto patrón, una cierta marca?
“No lo creo. En los años setentas empecé un despacho con Zaha Hadid, pero luego ella dijo: yo quiero tener mi propia firma. Es mi amiga, pero se fue por un camino y yo por otro, ella quiso tener su propia marca con despachos en Dubai, en Beijing, en Frankfurt”.
“No lo creo. En los años setentas empecé un despacho con Zaha Hadid, pero luego ella dijo: yo quiero tener mi propia firma. Es mi amiga, pero se fue por un camino y yo por otro, ella quiso tener su propia marca con despachos en Dubai, en Beijing, en Frankfurt”.
“Zaha Hadid es brillante pero para mí no fue hacia la dirección correcta, yo creo que tenemos que buscar una respuesta específica para cada lugar, tratar de no imponer soluciones o esquemas que establece una firma. Debemos estar dispuestos a desechar todos los bocetos que anteriormente hemos proyectado para encontrar otras soluciones, pero es difícil, hay mucho tiempo y trabajo de por medio para poder llegar finalmente a una buena idea”.
El arquitecto Steven Holl en el Polyforum Cultural Siqueiros. |
Fotografías de obra, renders y acuarelas: cortesía Steven Holl Architects.
Retratos: Gabriela Fuentes.
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