Su trabajo es multifacético y multidisciplinario. Son cientos de productos los que ha diseñado: desde escenarios, empaques, stands, joyería, murales, mobiliario, hasta tatuajes
Desde los 14
años, Ariel Rojo comenzó a trabajar y hasta ahora no ha parado. Actualmente, tiene
36 años y dirige un despacho de diseño que lleva su nombre. Asegura que cuando él
arrancó su empresa solamente había dos o tres oficinas de diseño.
Su trabajo
es multifacético y multidisciplinario. Son cientos de productos los que ha
diseñado: escenarios, mobiliario, envases y empaques, stands y módulos, joyería,
murales, logotipos, ilustraciones, iluminación, interiorismo,
accesorios, pisos, recubrimiento cerámico, equipo electrónico,
alarmas sísmicas, encriptores, en fin, hasta ha realizado tatuajes.
“En nuestra página Web no está ni siquiera el 10 por ciento de las cosas que hemos hecho”, señaló.
“En nuestra página Web no está ni siquiera el 10 por ciento de las cosas que hemos hecho”, señaló.
Todo la
gente ve los resultados de un proyecto terminado, pero para Ariel esto no es
importante sino el aprendizaje que hay en el proceso. Por eso es que no tiene
un producto favorito. Aunque el más famoso ha sido el cerdito ahorrador que hasta se vende en la tienda de diseño del Museo de Arte Moderno de Nueya York (MoMa, por sus siglas en inglés).
Ariel está
convencido de que antes de tener una carrera o estudios universitarios, hay que
aprender a ganarse la vida. “Afortunadamente tengo unos padres que me enseñaron
a trabajar desde muy chico; y asimilé que antes de iniciar un negocio, es básico
aprender a obedecer a un jefe y pertenecer a un equipo”, expresó.
Recuerda una
anécdota que marcó el comienzo de sus obligaciones en la empresa familiar. “Me castigaron porque tomé prestado el coche
de mi hermana sin su permiso y lo choqué. Entonces, mi papá me dijo: ‘pues lo
pagas’. Fue así como empecé a diseñar circuitos impresos para compañías
petroleras”.
A los 21
años fue parte del equipo ganador con una propuesta para la remodelación del
Zócalo en la ciudad de México, “la tercer plaza más grande del mundo”. Obtuvo
una mención por el diseño del mobiliario urbano.
Hoy, Ariel
Rojo Design Studio es una firma de diseño internacional. Tiene clientes en México,
Europa, Estados Unidos y Medio Oriente. Su trabajo ha sido expuesto en la
tienda de diseño del MoMa de Nueva York y Japón, así como en el London Festival
of Architecture 2008 y el London Design Festival 2012, en las Olimpiadas de
Diseño del 2010 en Corea del Sur, entre otros.
Para Ariel, su aprendizaje viene de los mayores errores. A partir de ahí, ha generado aciertos. “Hemos aprendido a controlar más nuestras fallas, y a perfeccionar nuestros procesos. Para ello, es necesario tener resistencia a la frustración y saber que el error es una parte fundamental del proceso. Hay que ser más tolerante y tener una capacidad autocrítica”.
Para Ariel, su aprendizaje viene de los mayores errores. A partir de ahí, ha generado aciertos. “Hemos aprendido a controlar más nuestras fallas, y a perfeccionar nuestros procesos. Para ello, es necesario tener resistencia a la frustración y saber que el error es una parte fundamental del proceso. Hay que ser más tolerante y tener una capacidad autocrítica”.
El
entrevistado comentó que no se considera un hombre de negocios sino un
diseñador que tuvo que ser empresario. Al paso de muchos años, ya tiene un
director de operaciones que se encarga de hacer las negociaciones.
Tapete llanta |
“Mi consejo
para los jóvenes diseñadores que quieran establecer su propio despacho es que
se asocien con un experto en hacer negocios. A mí me costó cerca de 20 años entender
esto y creo que con esta lección alguien puede ahorrarse mucho tiempo”.
Ariel se ha dedicado
los últimos 22 años de su vida a diseñar y hacer lo que le gusta. “Todos los
días intento recrearme y jugar -en un término muy constructivo-, con el fin de
crecer en el área profesional y espiritual”.
Está
convencido de que por talento no paramos en México, “lo que hace diferente a
una firma de otra, muchas veces es la experiencia”, afirmó.
Añadió que el
diseño en México es muy vasto y puede florecer fácilmente porque vivimos en una
nación industrializada, que tiene todo, excepto patentes. “Generamos riqueza a
partir de la manufactura y no del diseño o de las ideas creativas, pero ya
se cuentan con las bases para crear muchas cosas. Entonces, ahora es mucho más fácil
activar toda esta tremenda industria creativa en crecimiento en el país, por lo
tanto, el terreno es fértil en ese sentido. El Abierto Mexicano de Diseño
dejó muy claro que los profesionales vienen con todo”.
Lo que más le
apasiona de su trabajo es la parte del
aprendizaje que no para y conocer a muchas personas. Por ejemplo, disfruta mucho
dar conferencias.
Ariel no piensa demasiado en una proyección a futuro
porque confía en que debemos dejar que las cosas fluyan por sí
mismas. “¿Cómo me veo dentro de 10 años? Ojalá que siga haciendo las cosas con el
mismo amor, pasión e interés. No sacrifico este presente por un futuro
incierto, prefiero vivir en el ahora”, concluyó Ariel Rojo.
El laberinto de la humanidad, instalación realizada por Ariel Rojo para Platiglas. |
Mabe Ariel Rojo |
Fotografías:
cortesía Ariel Rojo
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