Proyecto ganador de la categoría Habitacional menor de 150 m2 del XI Premio de Interiorismo Mexicano PRISMA.
El proyecto
consiste en la ampliación de una casona en el Centro Histórico de Mérida.
Dentro de un solar de 70.00m de fondo, la remodelación busca expandir los
límites del espacio habitable a la totalidad del terreno, integrándolo a una
vegetación abundante de más de 50 especies existentes, incluyendo árboles,
palmeras y arbustos. La casa es de uso vacacional para una familia que reside
en el centro de la república, que busca desconectarse de su día a día y
disfrutar de la cultura, gastronomía y ambiente yucateco.
A través de
la integración de un pabellón de entretenimiento, una caja de cristal que
desapareciera en medio de la exuberante vegetación existente, una caja
transparente que pareciera borrar los límites con el exterior. Un pabellón para
el disfrute gastronómico, mixología y desconexión.
Los elementos
principales del pabellón se extienden en diferentes orientaciones para abrazar
los tres árboles que se encuentran rodeando el espacio.
Al sur, un
muro pétreo contiene el espacio, abrazando uno de los árboles; al oriente, a
través de un pergolado se permite el paso del segundo árbol; y al poniente,
contenido en una jardinera tenemos el tercer árbol que en diferentes épocas del
año nos permite disfrutar sus flores amarillas en la terraza.
Flanqueando
el pabellón al costado norte, una segunda caja sólida de piedra alberga la
cocina exterior, medio baño y servicios.
El espacio
interior se conforma por una sala y una mesa alta que nos permite disfrutar de
la convivencia familiar o momentos con los amigos. Este mismo espacio se elonga
hacia la terraza para albergar un comedor familiar, el cual tiene mayor
relación con la cocina exterior donde podemos disfrutar de comidas y cenas
elaboradas por el chef de la casa.
Un camino
serpenteante de piedra conecta el pabellón con la casa principal, dirigiendo al
usuario a diferentes zonas donde puede disfrutar de la vegetación.
La paleta de
materiales es cálida, compuesta de elementos pétreos, maderas, tejidos
naturales, transparencias y reflejos que buscan mimetizarse con el entorno
natural y contrastar con el entorno urbano.
Fotografía: Tamara Uribe
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