Proyecto finalista de la categoría Habitacional menor de 150 m2 del XI Premio de Interiorismo Mexicano PRISMA.
En el pasado hemos tenido la
oportunidad de desarrollar proyectos que juegan con la idea de la vivienda
mínima. Durante mucho tiempo múltiples personas, así como prácticas y dueños de
viviendas han experimentado con la misma idea, sin embargo, nos enfrentamos a
una realidad en la cual parejas jóvenes solo pueden aspirar a departamentos o
viviendas no mayores a los 70m2, viviendas de 2 recámaras y en muchos casos
solo una.
Kepler 196 no es solo una
intervención de arquitectura e interiorismo, es también el exhorto para ofrecer
una vivienda adecuada para las personas. El proyecto arquitectónico gira en
torno a dos ambientes centrales, el primero, un mueble que integra las áreas de
servicio, cocina, rack de bici y área de lavado en un frente de madera
completamente ciego; el segundo, un mueble central que integra diferentes
funciones, desde un pequeño comedor para 3 personas, un centro de TV, un área
específica de home office y una bodega de blancos. Este mueble central nos
permite a través de una pieza única poder dividir sin necesidad de muros el
espacio, vinculando e integrando los espacios comunes.
El 70% de este proyecto lo
compone el mobiliario específico para el proyecto, consiguiendo un ambiente que
optimiza las áreas de guarda y descanso, se optó por optimizar al máximo cada
una de las áreas, dotando de la comodidad necesaria a los espacios sin necesidad
de separarlos a través de muros innecesarios. El mobiliario como elemento
rector, que vestibula las áreas privadas de aquellas públicas.
Aunque no fue parte de las
premisas del proyecto, la terraza que se origina como centro social del
proyecto, de facto el remate visual más importante, con vistas desde la
recámara y comedor se decide por intervenir de una forma integral. En esta
oportunidad invitamos a Panorama, oficina de arquitectura y paisaje que
en colaboración desarrolló un diseño que integra todas las condiciones del
proyecto originales, una integración de materiales que armonizan con la
propuesta de arquitectura y una paleta vegetal que ornamenta y compone el
espacio, ampliando el departamento.
El resultado es un departamento
que admite el juego y sus múltiples configuraciones, espacio de
experimentación, trabajo y estudio, nuestro manifiesto sobre la vivienda
mínima.
Fotografía: Ariadna Polo y Zaickz Mosqueda
No hay comentarios:
Publicar un comentario