Este
suntuoso espacio combina ahora una decoración que combina la tradición con un
enfoque moderno. La icónica casa Cartier y Lasvit se han unido para ofrecer un
diálogo único atractivo para cada visitante.
El
fascinante encanto de los Alpes Suizos fue la fuente de inspiración para el
equipo de Lasvit. Para rendir homenaje a la naturaleza suiza, los diseñadores
checos crearon una asombrosa sala de hielo. Además, realizaron cuatro
esculturas de iluminación a medida. Estos elementos helados elevan el espacio a
un nuevo nivel. Ingeniosamente diseñadas, las instalaciones brillan y
deslumbran junto a las emblemáticas joyas Cartier.
Desde
el departamento Cartier Tradition, que ofrece joyas de colección, relojes y
objetos antiguos raros, el pasillo de hielo ofrece una visión perspicaz y
creativa única. A primera vista pareciera una cueva glacial escondida en la
cima de la montaña. Esta lujosa tienda es, desde hace 35 años, una de las más grandes de Europa, en total, 55 metros cuadrados de pared, el
techo y la puerta de la boutique se cubrieron con cristal checo.
Diseñado
y realizado por Wanda Valihrachová, la instalación del pasillo requirió más de
dos toneladas de vidrio. Tal cantidad permitió la creación de ese ambiente
helado con apariencia escarchada propiamente futurista. Apenas entrar, la fría
belleza de la naturaleza acaricia los sentidos. “Me
inspiré en el resplandeciente esplendor de las cumbres de las montañas suizas.
El vidrio texturizado artesanal crea una composición cristalina que se extiende
por el interior, lo que permite a los clientes sumergirse en la atmósfera de
una cueva de hielo”, explicó la autora del proyecto.
El
corredor de hielo que conduce al corazón de la lujosa tienda que resguarda gemas
preciosas es una puerta de entrada a la fascinante campiña suiza. “Creo que
despertaremos las emociones de los visitantes, incluso los dejaremos congelados
por la belleza de nuestras obras de arte”, comentó Leon Jakimič, presidente de
Lasvit. La zona de artículos masculinos se ilumina por la obra de arte de Ivana
Zuskinová, que sobresale por la simplicidad de sus formas: casi medio centenar
de cilindros de vidrio. Sus tonos dorados y bronces forman el telón de fondo
perfecto para las joyas Cartier.
Por
otro lado, sobre la vitrina nupcial la instalación Flow realza aún más el
ambiente. Para celebrar el paisaje natural local, la pieza combina diferentes
superficies y estructuras. Las formas orgánicas y suaves del diseño parece que
reflejaran el agua, sus ondas y los guijarros de la plataforma marina.
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