De nopales y serpientes
“Mediante
la gran escala y el miedo, los monumentos arquitectónicos tienen la misión de
imponer la voluntad de un poder ausente en el presente vivido: es en la forma
de las catedrales o los palacios que la Iglesia y el Estado hablan a las
multitudes y les imponen el silencio”.
Georges
Bataille
Por Marcos Betanzos* @MBetanzos
En
el marco del segundo informe de gobierno del presidente de la república,
Enrique Peña Nieto, se dio a conocer con bombo y platillo, dónde se realizaría y
quién estaría a cargo del proyecto para el nuevo Aeropuerto Internacional de la
Ciudad de México, indudablemente la obra de infraestructura más importante que
se realizará en los próximos años. El anuncio sorprendió a medias pero aclaró
al mismo tiempo varias sospechas: meses antes se había filtrado información de
cómo se integraban las duplas de arquitectos mexicanos y extranjeros invitados
sigilosamente a participar en el desarrollo de propuestas; se autonombró
ganador el equipo de Teodoro González de León mientras que el de Fernando
Romero, sin tales atrevimientos, circulaba con algunas fotografías de las
reuniones sostenidas ya con funcionarios en compañía de su mancuerna británica,
Sir Norman Foster.