Una vivienda que transforma una caja contenida en un refugio empático, luminoso y profundamente conectado con su contexto regional.
Una vivienda ubicada en la zona de Camino Real a Cholula se integra sutilmente al entorno residencial, articulando un volumen único que parece flotar sobre un predio de 400 m². Su implantación estratégica libera la colindancia sur para crear un jardín que baña de luz y vegetación los espacios interiores, logrando una conexión empática con la escala peatonal y generando áreas verdes que también benefician al vecindario.
La propuesta arquitectónica partió de un diálogo estrecho con los futuros habitantes, quienes ofrecieron un esquema inicial detallado. El diseño respondió construyendo confianza a través de una lectura sensible de sus necesidades, articulando una secuencia espacial en forma de cruz que organiza de manera clara los niveles: en planta baja, los espacios públicos y de servicio; en el nivel intermedio, las áreas privadas; y en el nivel superior, zonas de contemplación con vistas privilegiadas hacia los volcanes.
Volumétricamente, la vivienda parte de una geometría contenida que se transforma progresivamente, buscando el equilibrio entre masas y vacíos. Las perforaciones, profundas y cuidadosamente orientadas, funcionan como diafragmas visuales que dan cuerpo y expresión al conjunto. La piel del proyecto revela materiales naturales que resisten el paso del tiempo y se vinculan con la identidad regional: maderas cálidas, vigas metálicas y acabados en aluminio tipo europeo.
El diseño de las fachadas se inspira en composiciones clásicas, reinterpretadas con un lenguaje contemporáneo. Un basamento pétreo de concreto aparente enmarca el acceso, acompañado de una puerta de madera tropical. Los niveles superiores incorporan acabados rústicos en blanco, cartelas cálidas y detalles en viguería que confieren carácter y ritmo al conjunto.
Más allá de estilos impuestos, el enfoque del proyecto se ancla en el ‘regionalismo crítico’, reconociendo que la arquitectura nace de su geografía, atmósfera y memoria material.
Fotografía: Patrick L. Jaimes
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