A diez años de su inauguración tuvimos la oportunidad de conocer este icónico edificio
Por Lorenzo Díaz @lorenzodiaz y
Eugenia González @eugeniagg
Construido a partir del nombramiento de Oporto como Capital de la Cultura Europea en el 2001 este edificio - cuyo polémico diseño y retardada construcción dio mucho de qué hablar en su momento – es sin duda un importantísimo icono de la ciudad moderna en la que se ha transformado Oporto. Ubicado en una de las zonas más transitadas de la ciudad, al pié de la célebre rotonda de Boavista, la “Casa da Musica” es la sala de conciertos más importante de Portugal y una de las más avanzadas de Europa.
Construido a partir del nombramiento de Oporto como Capital de la Cultura Europea en el 2001 este edificio - cuyo polémico diseño y retardada construcción dio mucho de qué hablar en su momento – es sin duda un importantísimo icono de la ciudad moderna en la que se ha transformado Oporto. Ubicado en una de las zonas más transitadas de la ciudad, al pié de la célebre rotonda de Boavista, la “Casa da Musica” es la sala de conciertos más importante de Portugal y una de las más avanzadas de Europa.
Hemos de
admitir que el volumen arquitectónico es impactante, la masa total del edificio
es perceptible desde la primera aproximación y en un día soleado, como el que
nos tocó, la sensación espacial es única. Colocado al centro del solar, la “Casa
da Musica” se presenta como un peñasco gigante y es difícil imaginar que sea un
edificio, más aún un centro cultural. El impacto, que sin duda es lo que buscó
el arquitecto Koolhaas, se logra a la perfección.
La plaza
que rodea al edificio se convierte en una especie de atrio que, a partir de una
serie de suaves topografías busca proteger a la mole, contenerla y generar algo
de espacio público. Espacio limitado a la contemplación al presentar pocas
posibilidades de uso y estancia para el transeúnte.
Tememos, sin
embargo, que hasta ahí llega nuestra admiración, el edificio es un espectáculo
pero es de lo más hostil con el usuario. Sólo pensar aproximarse en un día con
viento y/o con lluvia nos hace temblar. De hecho, al ser una ciudad portuaria
con cara al Océano Atlántico, Oporto tiene un clima oceánico importante de considerar
y el diseño simplemente lo ignoró.
El estado
de conservación y uso del edificio resiste a los diez años de prueba, el
edificio ha adquirido la pátina y el carácter correcto y envejece con dignidad.
Su presencia no representa una cicatriz en la ciudad y los portuenses están muy
orgullosos de su sala de conciertos.
Recorriendo
sus espacios aparecen serios problemas de diseño que hacen evidente la práctica
del arquitecto Koolhaas, donde lo experimental resulta insuficiente en el
cuidado de detalles en la modulación, el uso de los materiales y los despieces
de materiales.
“Casa da
Musica” es sin duda un edificio icónico, cuya relevancia en la ciudad no se
puede soslayar. Su construcción marcó un momento importante en la arquitectura
europea del nuevo siglo, sin embargo dista mucho de ser un edifico, que pase a
ser ícono, sea de lo mejor de la arquitectura de este siglo.
Fotografías por Lorenzo Díaz
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