Este proyecto arquitectónico fue un reto interesante ya que se desarrolla en dos niveles con plantas angostas combinadas con grandes elementos estructurales
Para el proyecto realizado en el edificio Diana Reforma se privilegiaron las áreas abiertas. Con esto se fomenta la comunicación y el trabajo en equipo. En su ubicación anterior estaban divididos en demasiados espacios y se perdían sinergias de colaboración.
En el primer nivel se configuró el área operativa y en el segundo nivel se organizaron las salas de reunión y los servicios (comedor, cocina, terraza). Otro requerimiento importante por parte del cliente fueron las cuatro salas de reunión medianas que se pueden convertir en un solo espacio y en uno más grande si se unen con la sala contigua.
En la
paleta de color se decidió utilizar como detonador el color naranja. Este
color transmite energía y representa la
innovación, la tecnología y además es el complementario del color corporativo.
Usándolo logramos una mayor cantidad de acentos y variedades cromáticas con los
tonos neutros.
Las
estaciones de trabajo se configuraron en un esquema “back to back” porque el
personal –con un promedio de edad de 35
años- requería de generosas áreas de guardado y concentración sin
distracciones.
Uno de
los más grandes aciertos del proyecto es el comedor. Aquí se aprovechó la gran
columna para generar un vestíbulo que lo divide en dos zonas y tiene una
generosa terraza con una magnífica vista al sur de la ciudad. El área de lavado
y almacenamiento se localizó detrás de una puerta para mantener al máximo el
orden.
Una
combinación perfecta que pretende hacer más agradable el espacio de trabajo, que
es donde convivimos la mayoría de horas del día.
Fotografías por Héctor Armando Herrera
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