Por: Lorenzo Díaz
Rara vez vemos que un estudio de diseño sea
llamado para resolver un tema de ingenierías en un ámbito urbano, la mayoría de
las estructuras de apoyo para los servicios en este ámbito son resueltos por
empresas de ingeniería y la estética resultante está en función de su
desempeño. Son feas pero traen beneficios a la comunidad así que se asumen como
males necesarios.
En el corazón de Londres existe un ejemplo
que desmitifica este reto y desde el año 2000 demuestra que las soluciones
pueden ser válidas y además contribuir de manera sustancial al espacio público.
Con la construcción de un nuevo complejo de oficinas, a un lado de la histórica
Catedral de San Pablo, el desarrollador se enfrentó al reto de construir una
subestación eléctrica que necesitaba entre otras cosas, un par de torres de
ventilación y enfriamiento.
Más de una década después la plaza que
resulta de un espacio residual y que normalmente se hubiera convertido en un
patio de servicios traseros, propone a la comunidad un espacio con una estética
muy particular con un gran éxito.
Fotos: Circulo cuadrado y Heatherwick Studio.
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