Por: Lorenzo Díaz
Cuando una obra de esta magnitud se inaugura,
las imágenes rebotan por todos lados y quedamos abrumados, todo se presenta
como innovador y la solución se vende como magnífica, pero ¿qué pasa con el tiempo?
Y es esta pregunta la que en muchas de mis visitas me gusta contestar.
En mi reciente visita al British Museum
dediqué un muy buen tiempo a ver como estaba funcionando esta solución ¿era
realmente lo que se prometió el día de su inauguración? La respuesta es positiva, el “Queen Elizabeth
II Great Court” sigue ofreciendo una extraordinaria plaza al centro de una de
las colecciones más vastas que existen del quehacer humano.
Este patio techado era en su momento la
biblioteca Británica y cuando en 1997 ésta se movió a St. Pancras se desarrolló
el hall de distribución que además alberga la tienda del museo, un par de cafés
y varias piezas emblemáticas.
1652 piezas de vidrio componen esta
acertada cubierta que, como pude constatar, cumple a la perfección con su
programa arquitectónico y dio al museo vida para este nuevo siglo desde su
inauguración en el año 2000. Enhorabuena.
Fotografía: círculo cuadrado
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