Por: Arturo Emilio Escobar
La firma
S-AR stación-ARquitectura diseña una residencia en San Pedro, Nuevo León, con
una estructura de concreto, acero y vidrio, donde fluye una potente fuerza que
invita a la contemplación.
Propuesta como una
casa básica, esta obra es un volumen rectangular simple con un patio interior
que divide la parte social de la privada. La Casa 2G se ubica en una zona
residencial de San Pedro Garza García, Monterrey.
Con un muro de
concreto, una escalinata y una puerta que pareciera conducir a otra dimensión,
los integrantes del despacho S-AR
stación-ARquitectura lograron la máxima simplificación del diseño de la
fachada. Sin embargo, la ausencia de aperturas hacia la calle se
contrapone con un espacio interior abierto, “que conecta visualmente toda el
área social con el patio interior, el jardín y la cordillera de la Sierra
Madre, llenando la casa de luz y ventilación natural, estableciendo un fuerte
diálogo con el paisaje”.
Las habitaciones
están protegidas con un muro segmentado que les da privacidad, incluso cada
espacio cuenta con un patio independiente. A su vez, el área social es una
secuencia continua: cocina-comedor-sala, y una gran terraza que se conecta con
el jardín posterior. Todos los
materiales son locales, “con la intención de rescatar sistemas constructivos
tradicionales que emplean la materia prima del lugar (Monterrey): concreto,
acero y vidrio”. “Diseñamos
y desarrollamos especialmente para el proyecto los sistemas manuales para
aperturas de ventanas, tragaluces y puertas, trabajando de forma conjunta y
cercana con experimentados carpinteros y herreros de la localidad”.
La casa invita a la
contemplación y provoca al usuario a formar parte de su estructura. “El uso de
la vivienda genera una experiencia con sensaciones táctiles y una conciencia
diferente de los elementos que forman parte de la casa, en tiempos de extremada
carencia de contacto entre las personas y los objetos (debido a la
automatización y virtualización de los mismos) y entre las personas y la
arquitectura”. Estructuralmente la
casa flota sobre un basamento que brinda aislamiento a los espacios interiores,
igualmente su orientación beneficia la protección de la incidencia solar,
incluso los árboles existentes en el terreno y los volúmenes más altos de las
viviendas vecinas proveen de sombra a la cubierta de la construcción.
“La casa es un
monolito de concreto armado que ha sido perforado para generar el espacio
interior, el cual posteriormente fue delimitado con la membrana de vidrio transparente,
enfatizando la continuidad del material en pisos, muros y losas, y su cualidad
de transformarse ante el movimiento de luces y sombras (que ocurre tanto en el
interior como en el exterior) durante el transcurso del día”.
RETO ARQUITECTÓNICO
Con esta
ejecución, el equipo de S-AR stación-ARquitectura logró el objetivo de
hacer una casa muy básica y humana, con el menor número de materiales y con el
uso racional e inteligente de los mismos. Así demostraron que erigir una casa
en Monterrey debe hablar de los materiales que esa ciudad produce, así como de
la tradición de trabajar con ética que distingue a la gente que la habita.
“La obra tardó dos
años en su construcción debido al tiempo de diseño de todos sus elementos, se
optó por el diseño sin precedente, en lugar de la elección de productos para
satisfacer las necesidades primarias”. Las losas tienen
aislamiento térmico a base de piezas de barro huecas (colocadas sobre la losa
de azotea) lo que ayuda a crear una capa de ventilación que enfría el proceso
de transmisión de calor.
Casa 2G
Proyecto:
S-AR
stación-ARquitectura
Equipo de Proyecto:
César Guerrero, Ana
Cecilia Garza, María Sevilla, Carlos Flores.
Ingeniería
estructural:
Ing. Jesús González
Sáenz.
Área de construcción: 350 m2
Fotografías: Ana Cecilia Garza Villarreal
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