Obra de Artigas recupera su esplendor modernista



Por: Arturo Emilio Escobar  @masterarki
La Casa 11 Paseo del Pedregal, originalmente proyectada por los arquitectos Francisco Artigas y Fernando Luna, (entre 1967 y 1968) es una joya que ha quedado inmersa entre los nuevos desarrollos residenciales al sur de la Ciudad de México.





Sobre un terreno de 14 mil metros cuadrados, la casa se distribuye en mil 463 metros cuadrados de construcción, cuya estructura nos habla de la llegada a México de los conceptos del Movimiento Moderno europeo, característicos de la época de los 60, que ahora vuelven a brillar con intensidad tras una remodelación coordinada por los arquitectos Guillermo Carrillo Arena, Juan Manuel Bernal García y Gustavo Malagón Velázquez.

Esta residencia fue resuelta en un esquema de bloque rectangular, caracterizado por las fuertes líneas horizontales marcadas por las losas de concreto, las cuales entablan un impecable diálogo, tensión visual y equilibrio con la verticalidad, con las esbeltas columnas que liberan los espacios y transparentan las visuales (a través de las fachadas acristaladas)   hacia el exterior, hacia el verde exótico de la naturaleza entre roca volcánica.


Prácticamente la casa se desarrolla en la planta alta, en donde se integran la estancia, comedor, cocina, desayunador, salón familiar, recámaras, baños y vestidores, incluso en un extremo se adaptaron los cuartos de servicio, despensa y lavandería.



Como la estructura de concreto fue asentada (en una sección) sobre un promontorio rocoso, esencia paisajística de la zona, la planta baja fue diseñada como el área lúdica, donde se distribuyó la biblioteca, bar y salón de usos múltiples, permitiendo que la casa funcione como la típica vivienda modernista del Pedregal: en una sola planta continua, luminosa  y abierta hacia el panorama natural.

Debido al alto valor arquitectónico y la calidad original de la construcción, los autores de la remodelación tomaron la decisión de conservar intacta el alma de la obra, ubicada dentro de un desarrollo con 12 casas nuevas, las cuales se ubicaron sobre el jardín contiguo, rodeando y enalteciendo el valor de una residencia que captó los principios modernistas de aquél México donde Barragán fraccionó el Pedregal.



ETAPAS DE LA INTERVENCIÓN
La remodelación de todos los espacios se fundamentó en el reconocimiento de los valores arquitectónicos originales. El primer proceso, radical y dignificante, fue eliminar aquellos elementos adosados que no pertenecían a la composición, ritmo y valor sensorial característicos del lenguaje modernista, adaptado a la expresión mexicana. A través de los años la casa fue inundada de elementos barrocos, tanto en el interior como en sus remates constructivos, por eso cada sección fue depurada como si se tratara de una cirugía con bisturí, pues no existía un dialogo entre la envolvente y su concepto de interiores.

Realzar su calidad original fue la principal motivación, por lo cual el proyecto partió del saneamiento y recuperación de la estructura, eliminando trabes y columnas falsas. Lo más fácil hubiera sido rehacerlo todo, pero los arquitectos conservaron varios estigmas, la honestidad de los materiales. Así redescubrieron el fino trabajo de los colados de concreto aparente, la sobria expresión de los peraltes volados, el trabajo artesanal de algunos detalles que ahora laten con más fuerza.


 
También armonizaron el eclecticismo  impreso en detalles de la obra y el mobiliario, incluso rescataron los brotes de opulencia de aquella época, sutilmente cautivos en algunos objetos como el candil del acceso, varios labrados de madera o piezas de arte que entablan una franca comunicación con la estética contemporánea.

Asumiendo los avances actuales en habitabilidad, en el proceso de remodelación se actualizaron las tecnologías en instalaciones hidráulicas, eléctricas y equipos especiales. El color de mayor presencia es el blanco, que se funde con el piso de mármol carrara y contrasta con las texturas de la madera, con la luz natural que se filtra en todo el ambiente.

¿Cómo se interviene una obra del arquitecto Francisco Artigas?
Con el reconocimiento y respeto a la propuesta original.  Francisco Artigas fue uno de los principales personajes en el desarrollo arquitectónico del Pedregal, sus obras, además de estructurar la imagen de la zona, sobresalen por su riqueza plástica, caracterizada por su simplicidad, atemporalidad  espacial y su relación con el paisaje.
Las intenciones de diseño fueron eliminar los elementos que no pertenecían al estilo original de la casa, regresando a la esencia modernista.

Tras su intervención. ¿La arquitectura de la casa sigue narrando los albores del Modernismo en México?
Consideramos que la arquitectura moderna es, en esencia, una arquitectura con fundamentos vigentes que la convierten en una escuela atemporal. Como diseñadores entendemos que cada edificio es único, que se caracteriza por su imagen, proporciones, manejo de volúmenes, texturas, escalas, principios con los que tenemos afinidad, por lo cual nuestra propuesta de intervención dialoga naturalmente con la arquitectura original.



¿Cuál fue su aprendizaje en el reconocimiento de Jardines del Pedregal?
Intervenir esta casa nos permitió entender la segunda etapa de la arquitectura del Pedregal, no solo la ejecutada por Artigas sino también la realizada por otros arquitectos como  Antonio Attolini, José María Buendía Júlbez, Augusto H. Álvarez, Fernando Luna, Reynaldo Pérez Rayón, Joaquín Sánchez Hidalgo, David Cynet y Enrique Yáñez. 

Aprendimos cómo este grupo de arquitectos, su talento y sensibilidad, logró crear un nuevo concepto de vida en una de las zonas más agrestes de la Ciudad de México, en la cual se reflejaba la situación económica y social en la que se encontraba el país.

¿Qué descubrieron en el diálogo arquitectónico que dejó Artigas?
Comprendimos la propuesta de Artigas como una arquitectura de contraste, la compleja tensión que proyecta armonía, arraigada en la simplicidad de sus edificios con planos horizontales contra las formas irregulares de la topografía del Pedregal. El respeto con el lugar, en esta obra como en otras, cuyo diseño libera la casa parcialmente de la roca volcánica, empleando una plataforma suspendida con un extenso volado.
 
También resurgió el innegable oficio de Francisco Artigas y Fernando Luna en el diseño y la ejecución de sus obras.



Casa 11 Paseo del Pedregal

Obra Original:
Arq. Francisco Artigas y Arq. Francisco Luna

Remodelación:
Arq. Guillermo Carrillo Arena
Arq. Juan Manuel Bernal García
Arq. Gustavo Malagón Velázquez

Desarrollo:
Grupo INTAC S.A. de C.V.
ECUS S.A. de C.V.
BCM Arquitectura

Ingenierías  electromecánicas:
Cid Instalaciones

Iluminación:                                   
Lightmex

Pisos de madera:  
Pisos Picacho
                                              
Pisos Pétreos:       
Mármoles Ponzanelli
                                              
Cocina:                    
Doimo Cucine  México.

Ubicación:
Jardines del Pedregal. México D.F.

Fotografías: Luis Gordoa y Aggi Garduño













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