Por: Marcos Betanzos* @MBetanzos
Cuando uno vive, no sucede nada. Jean –Paul Sartre. La náusea, 1946.
Se dice que un monumento es una obra de arquitectura, escultura o grabado hecha para recordar a una persona, un acto o una fecha importante. Mientras tanto, un memorial -al emplearse como sustantivo- resulta ser el documento donde se recopilan datos, sucesos históricos, la crónica o petición ante una instancia o figura superior.
Estación Necaxa
Es común que se use la palabra para referirse a un monumento conmemorativo a algo. Y así, entre objetos arquitectónicos de marcado simbolismo y confusiones gramaticales nace esta lectura vinculada por la documentación y el significado. También por aquello de la cultura incipiente de los concursos arquitectónicos.
Foto Luís Márquez 1952
De este modo recupero las palabras de Laura González Flores, del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, quien señala oportunamente que, “ante lo inexorable del tiempo, el hombre opone instancias de permanencia. Visto así, los documentos y los monumentos no son sino modos distintos de una misma intención humana de conjurar la muerte de los instantes, las cosas y los seres, preservándolos en un signo material”.
I
En el primer caso que abordo, me enfocaré a la Fuente de Petróleos, la cual tomó posición donde se encontraba la Estación de servicio Necaxa, el acceso ya definido a "Chapultepec Heights". Originalmente esta glorieta lucía en el centro y dividiendo los dos carriles de Paseo de la Reforma.
Realizada por Vicente Mendiola con esculturas de Juan Fernando Olaguíbel Rosenzweig hacia 1952 ésta conmemora la Expropiación Petrolera de 1938 y, fue reubicada a su posición actual (en 1962) con motivo de la construcción del distribuidor vial que separa la emblemática avenida con el Periférico.
Estación Necaxa
Es común que se use la palabra para referirse a un monumento conmemorativo a algo. Y así, entre objetos arquitectónicos de marcado simbolismo y confusiones gramaticales nace esta lectura vinculada por la documentación y el significado. También por aquello de la cultura incipiente de los concursos arquitectónicos.
Foto Luís Márquez 1952
De este modo recupero las palabras de Laura González Flores, del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, quien señala oportunamente que, “ante lo inexorable del tiempo, el hombre opone instancias de permanencia. Visto así, los documentos y los monumentos no son sino modos distintos de una misma intención humana de conjurar la muerte de los instantes, las cosas y los seres, preservándolos en un signo material”.
I
En el primer caso que abordo, me enfocaré a la Fuente de Petróleos, la cual tomó posición donde se encontraba la Estación de servicio Necaxa, el acceso ya definido a "Chapultepec Heights". Originalmente esta glorieta lucía en el centro y dividiendo los dos carriles de Paseo de la Reforma.
Realizada por Vicente Mendiola con esculturas de Juan Fernando Olaguíbel Rosenzweig hacia 1952 ésta conmemora la Expropiación Petrolera de 1938 y, fue reubicada a su posición actual (en 1962) con motivo de la construcción del distribuidor vial que separa la emblemática avenida con el Periférico.
Fuente Petróleos, vista aerea
Se dijo por aquellos años que tal construcción era un “avance tecnológico muy notorio pues su diseño fue realizado para no bloquear la vista hacia el monumento, ni perder la posibilidad de apreciar el Bosque de Chapultepec”. A cincuenta años de esa idea, hoy se pregona que será un par de espejos de agua lo que intentará aminorar el corte que la Súper Vía realizará en la zona. Arrinconada y más ninguneada que antes, la fuente “permanecerá en su lugar, intacta”.
II
Por otro lado, a finales del mes de julio se anunció a los ganadores del concurso nacional para el anteproyecto del Memorial de las Victimas de la Violencia… y nadie -o casi nadie- está de acuerdo.
La sociedad civil, no soporta la sombra que proyecta aún la Estela de luz; los arquitectos ganadores resisten a toda prueba la descalificación a priori; las dependencias a cargo de legitimar se ven endebles en todos sus intentos de dar certeza ante estas acciones; la propuesta parece que nació secuestrada por ideas confusas y cuotas de poder que presumen miopía en cada aparición pública.
Fuente de Petróleos con distribuidor Vial en 1962
Basta un ejemplo: en el fallo del jurado se dijo “que el concurso tenía como objetivo seleccionar a una obra que permitiera honrar a todos aquellos que han sido víctimas de la violencia en nuestro país…” Y ya hay quien no está seguro, que eso pase.
Queda en manos de los arquitectos y en este caso del ganador, Ricardo López Martín elevar el nivel de discusión y deslindarse de ese papel de desventurado ganador cuando se trata de una obra en la que el gobierno federal está involucrado. De la sensibilidad, la propuesta y el mensaje, hablarán todas las voces. Primero habrá que ver que esto se vuelva una realidad.
II
Por otro lado, a finales del mes de julio se anunció a los ganadores del concurso nacional para el anteproyecto del Memorial de las Victimas de la Violencia… y nadie -o casi nadie- está de acuerdo.
La sociedad civil, no soporta la sombra que proyecta aún la Estela de luz; los arquitectos ganadores resisten a toda prueba la descalificación a priori; las dependencias a cargo de legitimar se ven endebles en todos sus intentos de dar certeza ante estas acciones; la propuesta parece que nació secuestrada por ideas confusas y cuotas de poder que presumen miopía en cada aparición pública.
Fuente de Petróleos con distribuidor Vial en 1962
Basta un ejemplo: en el fallo del jurado se dijo “que el concurso tenía como objetivo seleccionar a una obra que permitiera honrar a todos aquellos que han sido víctimas de la violencia en nuestro país…” Y ya hay quien no está seguro, que eso pase.
Queda en manos de los arquitectos y en este caso del ganador, Ricardo López Martín elevar el nivel de discusión y deslindarse de ese papel de desventurado ganador cuando se trata de una obra en la que el gobierno federal está involucrado. De la sensibilidad, la propuesta y el mensaje, hablarán todas las voces. Primero habrá que ver que esto se vuelva una realidad.
Imagen ya con el paso a desnivel bajo Reforma para dar continuidad al Anillo Periférico
Así que mientras en el primer caso, se reitera que la ciudad -que se pretende sustentable- sigue al pie de la letra las órdenes dictatoriales del automóvil; en el segundo caso, vale la pena preguntar si esta iniciativa de recordar a todas las victimas no es sólo el pretexto para conmemorar una posición de gobierno autista que otra vez, podría valerse de la arquitectura para ocultar toda su maquinaria de corrupción y disimulo.
Lámina 2, Propuesta ganadora
Vista Aérea (1952)
Fotografía: Marcos Betanzos
*Marcos Betanzos, es arquitecto, fotógrafo y escritor independiente.
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