Localizada en Uruapan, Michoacán, la
fábrica de hilados “San Pedro” fue construida entre 1892 y 1894. Esta
edificación formaba parte del sueño del empresario y político Leopoldo Hurtado
y Espinosa (1857-1927) por llevar a su estado natal, la promesa cumplida de
progreso industrial que suponía el fin del siglo XIX. El edificio, ubicado
estratégicamente a orillas del río Cupatitzio (el más importante en Michoacán) tuvo
su momento de gloria en el primer lustro del siglo XX cuando contó con 200
telares y más de 600 husos; sin embargo, el movimiento revolucionario y la
falta de maquinaría proveniente de Europa la obligaron a cerrar sus puertas temporalmente
entre 1917 y 1921.
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© Marcos Betanzos |
Por Marcos Betanzos @MBetanzos
Algodón, lana, lino y seda se produjeron
ahí, y la convirtieron en un referente local a nivel industrial y una de las
fábricas de textiles más importantes del país por su manufactura. La empresa enfrentó
diversos problemas como la falta de suministro de energía eléctrica y las
constantes huelgas de trabajadores que exigían mejoras en sus condiciones de
trabajo, entre ellas la reducción de su jornada laboral; las consecuencias: la
entrega de las instalaciones por parte de los dueños y el cierre definitivo
ante la carente administración de los trabajadores.