Este 2016 la Biennale de Kortrijk cumple 25 ediciones, aquí
nuestras impresiones durante nuestra visita.
Por Eugenia González
@EugeniaGG y Lorenzo Díaz @lorenzodiaz
Cautivados por su formato que conjuga perfectamente un gran
ambiente creativo con una extensa propuesta comercial recorrimos el día de ayer
los pasillos de esta fascinante feria en torno al interiorismo, el diseño y la
arquitectura. No se trata de un encuentro avasallador, todo lo contrario, es
una exposición de un tamaño contenido pero su esencia es rica y el recorrido
permite encontrar una gran cantidad de propuestas frescas y creativas.
Entre otras cosas la Biennale debe su éxito a su
extraordinaria ubicación, Kortrijk se encuentra en al centro de tres grandes
ciudades europeas, en la frontera de Bélgica con Francia a tan sólo unos
kilómetros de Lille esta pequeña ciudad de apenas 70,000 habitantes hace centro
a tres grandes urbes: Bruselas, Ámsterdam y París quedan todas a un corto viaje
de tren lo que la hace el lugar ideal para una rápida visitas de negocios e
inspiración.
Los espacios expositivos se ven ricamente complementados con
propuestas conceptuales de creativos invitados por el grupo curatorial lo que
le da una enorme variedad a la oferta. Basta decir que hasta los espacios para
la comida están cuidados y son fruto de un concurso que hace cada experiencia
una delicia.
Es muy gratificante saber que un evento enfocado en todo
esto que nos apasiona cumple 25 ediciones y que la Biennale Interieur es un ejemplo de lo que el trabajo en equipo
con objetivos claros puede lograr. Es una feria que abre por 2 semanas para
tener 2 fines de semana completos para motivar a un mayor número de visitantes.
Es una feria que se complementa con diferentes actividades alrededor de una
ciudad que entiende el evento con una importante oportunidad de negocio para
todos.
Si bien mucho de lo que pudimos apreciar en cada uno de los
stands ya lo habíamos visto en otras ferias y plataformas de comunicación,
somos unos convencidos de que la escala de la Biennale nos da otro enfoque que
podemos aterrizar, no solamente a una ciudad como la nuestra, sino al potencial
mercado en el mundillo del interiorismo, la arquitectura y el diseño en México.
Y como bien dijo
Maurice Maeterlinck: “Lo mejor de los viajes es lo de antes y lo de
después”.
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